80 años de la muerte de Ignacio Sánchez Mejías
80 años se cumplen justo hoy de la muerte en Madrid de Ignacio Sánchez Mejías, fallecido a consecuencia de las heridas sufridas dos días antes en la plaza de toros de Manzanares. Allí acudió para sustituir al diestro Domingo Ortega, lesionado en un accidente de automóvil. Fue volteado por el toro Granadino, de la ganadería de Ayala, cuando daba una pase con la muleta sentado en el estribo de la barrera, un lance que propiciaba Sánchez Mejías con frecuencia. Recibió una cornada en la ingle de doce centímetros de profundidad, y fue trasladado urgentemente a Madrid, donde falleció a las 9 y cuarenta y cinco de la mañana del 13 de agosto de 1934.
Sánchez Mejías había reaparecido en los ruedos escasamente un mes antes, el 15 de julio en Cádiz, tras 8 años desde su retirada en 1926. Durante esos años de retiro de los cosos taurinos intensificó su actividad literaria y artística, escribiendo varias obras teatrales y teniendo frecuentes contactos con los intelectuales de la época. No hay que olvidar que él fue el mecenas que hizo posible actos como la reunión organizada por el Ateneo de Sevilla en 1927, y que sirvió para conmemorar el tercer centenario de la muerte del poeta cordobés Luis de Góngora. Es la llamada generación del 27, integrada por autores como José Bergamín, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Jorge Guillén, Federico García Lorca o Rafael Alberti.
Es en esos mismos años cuando Sánchez Mejías toma contacto con el Betis a través de dos importantes directivos béticos de la época, como son Juan Alfonseca y Adolfo Cuéllar. De forma que en la asamblea del club celebrada en mayo de 1928 es elegido presidente del Betis, cargo que desempeñará de forma efectiva hasta septiembre de 1929, aunque durante al menos dos años más su influencia sobre las directivas del club es evidente.
Cuando fallece Sánchez Mejías la conexión de éste con el Betis se pone de manifiesto en el sentido homenaje que toda Sevilla prestó al diestro fallecido.

La prensa de la época dejó algunos detalles que nos ponen de manifiesto la profunda relación existente entre Ignacio Sánchez Mejías y el Betis Balompié, como el telegrama que el club bético mandó a la familia a su viuda Dolores Gómez Ortega nada más conocerse el fatal desenlace.

En el cortejo fúnebre cuando llega a Sevilla en tren a la Estación de Córdoba también figuran en él de forma destacada destacados y conocidos directivos béticos, todos ellos amigos del torero, como Adolfo Cuéllar, Juan Alfonseca, Federico Cazorla ó José Pazos.

Y también se nos narra la corona mortuoria enviada por «la directiva del club Betis Balompié, de la que el fallecido fue presidente entusiasta, y al que colocó a una altura insospechada».
Una última reseña del pesar del club por el fallecimiento de Ignacio Sánchez Mejías lo encontramos unos días después, concretamente en septiembre de 1934, cuando el equipo verdiblanco inicia la temporada en su terreno de juego del Patronato. Es con motivo de un partido homenaje que se brinda a dos viejas glorias béticas: el portero Jesús Bernáldez y el delantero Enrique Garrido.
El 2 de septiembre el Betis se enfrenta a una selección sevillana, integrada por jugadores del Sevilla FC y del propio Betis, imponiéndose el titular bético por 5 a 1. Pero ese día el club se acuerda de Ignacio haciendo ondear la bandera del club a media asta y portando brazaletes negros

Al año siguiente su amigo el poeta Federico García Lorca le dedicó el «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías», una bellísima composición que finaliza así:
«Tardará mucho tiempo en nacer, si es que nace,
un andaluz tan claro, tan rico de aventura.
Yo canto su elegancia con palabras que gimen,
y recuerdo una brisa triste por los olivos»