El Betis y Gordillo.

Rafael Gordillo llegó al primer equipo bético en enero de 1977. Desde hacía más de un año se entrenaba habitualmente con la primera plantilla, aunque seguía jugando cada domingo con el Betis Deportivo en Tercera División. El técnico Ferenc Szusza no le dio la oportunidad de debutar, y fue tras el relevo de éste por Rafael Iriondo en octubre de 1976 cuando realmente contó para el primer equipo verdiblanco.
Desde su llegada al primer equipo destacó de forma importante, y en las siguientes temporadas se convirtió en titular del equipo bético, debutando con la selección, primero la sub-21 y luego con la absoluta, ya en la temporada 1977-78. Su trascendencia en el fútbol bético le hizo pronto objeto de apetencia para los grandes clubs del panorama español. Así, año tras año, las noticias sobre los intentos de Barcelona y Real Madrid para hacerse con la ficha de Rafael Gordillo serán redundantes todos los veranos de la primera mitad de los años 80.
En esos años todavía estaba en vigor el derecho de retención por parte de los clubs, por lo que sin el consentimiento expreso del Betis no se podía realizar ninguna de operación de traspaso. Las directivas béticas de la época, así como la afición, siempre fueron renuentes a esa operación.
Como vimos aquí, todo saltó por lo aires cuando en marzo de 1985 el derecho de retención pasó a mejor vida, y los futbolistas al finalizar sus contratos en vigor quedaban libres para definir su futuro.
De un año antes a la salida de Gordillo hacia el Real Madrid es el artículo que hoy traemos a Manquepierda. Publicado en ABC en julio de 1984, y a cargo del periodista José Joaquín León, en él se exploraba la conveniencia de la salida de Gordillo del Betis, dada la precaria situación económica que atravesaba el club. Se reconocía la extraordinaria importancia de Gordillo en el equipo verdiblanco que dirigía Pepe Alzate, pero se analizaba el buen resultado del equipo en la temporada recién finalizada, con clasificación para competición europea, y se dictaminaba que el gran problema a solucionar era el del rendimiento defensivo, porque el potencial ofensivo del conjunto era más que evidente, con Rincón, Pichichi en la temporada finalizada, Paco y Calderón en plena producción de goles.
Será difícil que el Betis encuentre un mejor momento para traspasar a Gordillo. Cabe decir que ahora o nunca. Con una tesorería agobiada y urgida por los intereses, se hace difícil rechazar la entrada de dinero. Tener un cheque al portador y no cobrarlo, en las presentes circunstancias, será puso masoquismo.
Gordillo–¿quién lo duda?—es un excepcional futbolista. Pero el Betis, sin él, puede tener también un conjunto con aspiraciones. Los verdiblancos, en cuanto a potencial ofensivo, disponen de un equipo para luchar por el título. El problema esté en el rendimiento defensivo. No se olvide que la pasada campaña en casa fue como para ganar la Liga, pero fuera—donde los atacantes contrarios achuchan—como para bajar a Segunda.
Con Paco y Rincón como pareja atacante, y en el centro del campo Parra entrando por la derecha, Calderón por la izquierda, Ortega (o Julio) recuperando balones y Cardeñosa (o Suárez) enviándolos hacia delante, los verdiblancos tendrían un esquema moderno y, seguramente, de los más competitivos del país. Gordillo es importante, pero también lo serían los muchos millones que se ingresarían por él. Sobre todo, cuando la plantilla cuenta con elementos si no para sustituirlo personalmente, sí para desarrollar otro esquema sin merma grave del potencial.
Los problemas parece que están atrás. Y no tanto por los rendimientos individuales de jugadores como Diego, Alex, Mantilla o el inefable Canito, sino porque, conjuntamente alineados, no se impusieron lo suficiente, en especial fuera del Villamarín. Y eso que en la puerta Esnaola cumplió y salvó, como en todas las temporadas, varios puntos que sin él se habrían perdido.
El mal quizá estuvo en que faltó mayor rigor—no confundir con dureza—en los marcajes y en que el centro del campo no se desdobló con el suficiente acierto para apoyar atrás con garantías. No vendría de más reforzar esa zona.
Gordillo es pieza muy importante en el esquema verdiblanco. Entra fenomenalmente por la izquierda y proporciona no pocos goles. Realiza una misión completa, tanto ofensiva como defensiva. En este último aspecto, no resultaría tan complicado encontrarle sustituto. En cambio, se echarían de menos sus internadas. Sin embargo, una mayor libertad para Calderón—una vez que el argentino se ha acoplado y demostrado su clase—pienso, particularmente, que compensaría el peligro verdiblanco por la izquierda. Calderón ha dado en bandeja, y debe seguir haciéndolo, cantidad de goles a Paco y a Rincón.
Otro problema es la falta de oportunidades a la cantera. El Betis Deportivo juvenil ganó la Copa al Madrid y demostró grandes cualidades. Pero Martín Vázquez, Sanchís y Pardeza están ya en el primer equipo del Real Madrid y los verdiblancos—salvo esporádicas apariciones—siguen desperdiciándose en Tercera. Los Julio, Reyes, Palomino, Camacho, etcétera, merecerían mayor atención. A veces mantener a un buen futbolista supone cerrarle las puertas a otro que podría ser mejor. Hay que pensar en el futuro.