En corto y por el césped, de Julio Cardeñosa

El Betis de la temporada 1976-77 alcanzó la gloria con el triunfo en la final de la Copa del Rey frente al Athletic. La clasificación europea, después de muchos años, era ya toda una realidad y nacería el Eurobetis, aquel feliz término acuñado por Fernando Gelán.
Traemos aquí hoy el testimonio de uno de los grandes protagonistas de aquel Betis: Julio Cardeñosa, quien relató en una serie de la revista Interviu de 1994 las claves de aquel equipo, que jugaba «en corto y por el césped».
Con el Eurobetis los jugadores, y creo que también la afición, vivimos momentos de gran felicidad: ganamos la Copa del Rey, eliminamos al Milan en la Recopa y disfrutamos de muchas jornadas de buen fútbol.
El equipo jugaba, habitualmente, con un 4-4-2 formado, en la final de la Copa, por Esnaola en la puerta, Bizcocho y Cobo en los laterales de la defensa, Biosca de central, Sabaté como libre, Alabanda de pivote en el centro del campo, López por la derecha, Benítez por la izquierda, yo más bien desplazado hacia la izquierda y, en punta, Megido y García Soriano.
Como cabe suponer las posiciones no eran rígidas, a excepción, quizás, de la de Alabanda, que era el sostén del conjunto, el punto de referencia. Se jugaba raso y en corto. Esnaola sacaba a los defensas y desde atrás se iba definiendo el ataque, siempre con el balón en el césped.
La final de la Copa fue, sin duda, el partido más emocionante. Fue un encuentro cargado de tensión como pocos, que se resolvió después de dos o tres tandas de penaltis, cuando era imposible añadir mayor dramatismo al partido. Quizá, por todo ello, lo que mejor recuerde uno sea el estallido de la afición, la alegría del equipo, el momento del triunfo.
En la Recopa, eliminar a quel Milan de Albertosi, Collovati, Rivera, etc, fue una demostración de lo que era capaz el eauipo cuando alcanzaba su nivel de juego. Les ganamos, sin apelación, en el Villamarín, y en Italia marcamos el gol de la clasificación. Luego llegarían los digustos, aquellos tiros al palo en casa contra los rusos que nos eliminarían en Tbilisi, y los problemas en la Liga y en la siguiente Copa que torcieron la trayectoria del equipo.
Pero, con todo, lo que pasó después no ha llegado a empañar el recuerdo de aquel Eurobetis, con el que creo, insisto, disfrutamos todos.