Entrevista Antonio Biosca 1980.

La entrevista que hoy traemos a Manquepierda se publicó en el diario ABC en octubre de 1980 a cargo del periodista Alejandro Delmás y su protagonista es el futbolista bético Antonio Biosca.
En ella se repasa la actualidad del equipo, pocos días después del encuentro jugado como local en el Sánchez Pizjuán frente al Atlético de Madrid, así como se dan a conocer sus impresiones en su décima temporada con la elástica verdiblanca.
El “cinco” del Betis, el hombre que cierra pasillos, que pone el “stop” ante J.R.Esnaola, es un señor de pies a cabeza. Alguien que resume todo en su sentir en un “vamos a llevarnos bien”, en un “vamos a ser todos sensatos y el fútbol será mucho mejor. Lo que quede para el recuerdo será la honestidad, la seriedad. Lo otro se olvida”. Un central de treinta años, un zurdo todo genio, garra, corazón bético. Un hombre llamado Antonio Biosca…
No había empezado el juego contra el Atleti, y Antonio Biosca corrió hacia el banquillo rojiblanco. Una mano tendida, un “¿qué tal, míster?”, un saludo a aquel entrenador que fue compañero, a José Luis García Traid. El Betis entero, entretanto, peloteaba, calentaba, en los minutos previos al encuentro. Biosca había cumplido su gesto, su lección…
- Lo único que hice fue demostrar que no soy rencoroso. Yo estuve lesionado gravemente en el pubis y, probablemente, la culpa fuese de los entrenamientos de García Traid. Pero él es una gran persona, por encima de todo; fue siempre un hombre que nos defendió a los jugadores, que estuvo con nosotros. Que como técnico se equivocara es otra cosa
- Antonio Biosca, un señor…
- Procuro serlo dentro y fuera del campo. Y ojalá todos nos tomáramos el fútbol con sensatez, con honestidad, seriamente. Es lo que queda para el recuerdo cuando te hayas ido de esto
El central de Almería reposa sus palabras. Está hablando pausada, serenamente, cuando él, sobre la yerba, es puro vendaval, tempestad de garra, coraje, casta. Hablamos de una fama de duro, de “sheriff” del área verdiblanca. En Biosca se enciende la luz roja en la defensa verde…
- Tenemos una plantilla buenísima, de las tres o cuatro mejores de España. Eso, para mí, es indudable, y pienso que se puede aspirar a posición UEFA, al menos, pese al parón, que fue desafortunado e injusto, de este domingo. ¿Yo duro? Yo me he lesionado más que muchos atacantes, y nadie puede decir que yo los haya roto. Jamás voy con mala intención. Siempre con temperamento, al choque, a por todas. ¿Qué si temo a algún delantero? Miedo no le tengo más que a la muerte…
- Treinta años cumplidos, Antonio. ¿Cuánto fútbol por delante?
- Viendo lo que veo, no me fijado una fecha cierta de retiro. Duraré todo lo que pueda, porque sé cuidarme y vivo para esto. Entreno, me cuido, porque es mi vida y me gusta. Quiero, sí, cuando me vaya…
- Dí, Antonio…
- Que yo vine al Betis hace casi diez años, casi siendo un chaval, y no costé casi ni un duro. Que se me recuerde como un hombre honrado, como un profesional que fue rentable para la sociedad que lo pagó
- Un “nueve”…
- El mejor, Santillana. Luego Satrústegui. Luego, Rubén Cano, cada uno a su estilo. Todos te hacen un gol en el momento menos pensado, porque tienen cualidades. Rubén lo demostró el domingo. La única vez que estuvo libre de marcaje, y ya viste. Pero es que el Atleti tuvo mucha suerte, y un porterazo…
Cuenta sus ilusiones, a lo que pensó llegar, a lo que ha llegado—“fui a un Mundial; está bien, ¿no?”—y se aferra, con un ánimo de juvenil, a esas no sé cuantas temporadas que él puede durar y el Betis necesitarlo. Algún día llegará el adiós. Algún día, un niño grande, todo agallas, corazón por los cuatro costados, se despedirá elegante, discretamente, con un vistazo atrás, al veinteañero que era lateral izquierdo en el Calvo Sotelo de Puertollano, que Ferenc Szusza proyectó hacia lo más alto. Antonio Biosca. Un hombre de cuerpo entero…