Entrevista Antonio Tenorio 1977

Tres días antes de la final de Copa de 1977 frente al Athletic de Bilbao, en el diario Suroeste una entrevista del periodista Manuel Ramírez Fernández de Córdoba interroga al viejo Antonio Tenorio sobre sus recuerdos de la otra final disputada cuarenta y seis años antes.
Está en la línes de otras que ya hemos visto aquí, como las que por esos mismos días se realizan a Pascual Aparicio, Manuel Simó ó Federico Cazorla, quienes estuvieron todos presentes en el viejo Chamartín en 1931.
Antonio Tenorio ya se había retirado la temporada anterior, aunque eso no le impidiera en la campaña 1931-32 disputar algunos partidos esporádicos. Era el encargado del cuidado y mantenimiento de las instalaciones y del campo del Patronato, labor que pasó a desempeñar durante casi 50 años en Heliópolis, y que dejaría posteriormente en manos de su hijo Alberto Tenorio.
En la entrevista rememora sus recuerdos particulares sobre la final de Copa de 1931 y su pronóstico sobre la que se iba a jugar tres días después: » como jueguen como el día del Español no los para nadie…»
¿Qué pasó aquel día de junio del treintaiuno? Se sabe que llegó el Betis a la finalísima tras dejar en la cuneta al Arenas de Guecho, necesitando tres partidos para quitarle los billetes; se sabe que, después cayó ante los leones, entonces bastante más leones que ahora, por tres a uno; se sabe que fue mucha gente, no tanta como se espera ahora, y que llovió mucho en Chamartín. Me cuentan que hubo quien vendió paraguas en la puerta del campo a tres pesetas… Me cuentan que el Betis pudo marcar el gol del empate a uno y no lo hizo de milagro. Se saben y se cuentan muchas cosas. Hay como un parón y marcha atrás en la mente de muchos aficionados; como un querer aquilatar detalles cuando separa un salto de casi medio siglo; como un rememorar en la retina, “parece que fue ayer…”, algo que forma parte de la historia y, a fuerza del tiempo y de contarlo tantas veces, se ha fundido con la leyenda.
Para algo de estas cosas, y mientras los protagonistas del futuro corren por el Villamarín, me acerqué ayer a Tenorio. Solo con decir Tenorio ya se dice bastante. Desde la altura de sus 74 años puede hablar del Betis, de su Betis, lo que quiera, porque está pegado a su historia desde hace cincuentaitantos años y vio el sábado cómo el almanaque le devolvía la juventud y se le alborotaban los sentimientos en una prórroga caliente…
– Hacía mucho tiempo que yo no veía un partido tan bueno como el del sábado; hay que ver lo que corrieron y lucharon esta gente…
A Tenorio le he venido a preguntar por el presente y por el pasado y, si me deja, por el futuro: ese futuro que tiene en el sábado la fecha tope para otra página del Betis. Tenorio, según me dice, no tiene presentimientos…
– Yo no sé si va a ganar o no. Lo que sí puedo decir es que como el Betis juegue como lo hizo el sábado pasado, no lo para el Bilbao; ni el Bilbao, ni el Madrid ni ninguno que se le ponga por delante…
– Dejemos el presente. Vayamos al pasado. Tenorio estuvo en aquella final…
– Yo fui de espectador. En aquel año, y por haberme encargado del campo, ya me había retirado
– Pero habrá muchos recuerdos ¿no?
Y Tenorio me suelta un “¡hombre¡, esto se avisa y yo cojo papeles y fotografías; así de momento, me acuerdo a saltos, de algunas cosas, de muchos detalles; pero, ¡hombre¡ esto se avisa con tiempo para comenzar a hacer memoria…”
– Sé que llovía a cántaros. Es raro que lloviera en aquella época, pero caía muchísima agua. ¿Y sabe usted una cosa? El agua perjudicó al Betis. Perjudicó mucho al Betis. ¿Sabe por qué? Porque aquí estábamos acostumbrados a jugar en tierra, ya sabe, cuatro matas silvestres eran el césped, y allí había yerba. Como resulta que había llovido muchísimo, nuestros jugadores no se adaptaban l campo y los vascos sí lo hicieron bien.
– Dígame algo del partido…
Y vuelven las dudas. La memoria quiere fallar y Tenorio no la deja. La memoria se resiste y Tenorio quiere marcarla bien para que no se escape. Entre este hombre y su memoria hay un buen codo a codo. En algunas jugadas gana Tenorio; en otras, se le escapa por la banda la memoria…
– Me acuerdo que cuando ellos marcaron el primer gol, pudimos empatar nosotros. Rosendo Romero, ¿era Rosendo Romero? Sí, me parece que sí, tuvo una buena oportunidad y pudo empatar. Creo que le falló el campo. Después ellos marcaron los demás goles y ya nada se pudo hacer
– ¿Y el público de aquel día? ¿Cómo trató al Betis?
– El público no se metió ni con unos ni con otros. Cada uno animó al suyo y como ellos iban ganando… Tenga en cuenta que cuando las cosas marchan bien, el público no se mete con nadie. Por eso no me explico (y Tenorio vuelve al presente, al pasado cercanísimo del sábado) que Santamaría, el entrenador del Español, se quejara del público y del ambiente el otro día. ¿Es que pasó algo extraño? ¿Es que el público se comportó mal? Yo creo que no. El público animó al Betis y eso no creo que sea para enfadarse
Por medio de la conversación saltan nombres de la leyenda del Betis: Jesús, “un gran portero”, Aranda, “que Dios lo tenga en su gloria, qué bueno era”, Peral, Soladrero, Adolfito, Romero, “casi pudo haber marcado el empate, ¡qué lastima¡”, Timimi, Enrique, Sanz… Por medio de la conversación saltan también las rivalidades del Betis. Tenorio ríe cuando se le recuerdan los Betis-Sevilla…
– Le hablo a usted de una época muy distinta a la de ahora. Antes cuando iba a haber un Sevilla-Betis era verdad eso que los jugadores ni se hablaban…
Y Tenorio nos cuenta a saltos muchos lances de eternos rivales, de alegrías y de tristezas, “he vivido muchas cosas en el Betis. Aquí enterré mi juventud. Aquí he estado más de cincuenta años…”, que se cambian en optimismo de cara al sábado. Tenorio se repite y repite aquello de ·como jueguen como el día del Español no los para nadie…” y uno le deja en su campo y en su ambiente. Tenorio, piensa uno, lo verá por televisión. Así se lo comento. Tenorio sale como si le hubieran empujado.
– ¿Qué dice usted de la televisión? Yo voy a Madrid como sea. Es más, vamos a ir toda la familia.
– Oigame Tenorio, ¿y quién se va a hacer cargo de estas instalaciones si se van todos?
– Pues que le pongan el letrero de “Cerrado por vacaciones”
Vio una final y va a ver la otra. Una la perdió y ahora no pierde, de momento, la fe en la otra. No se quedará en la televisión; irá otra vez a Madrid; no habrá, casi seguro, paraguas a tres pesetas ni tampoco será en Chamartín; no serán los mismos jugadores, aunque sean los mismos equipos. Pero si será el mismo Tenorio, quien a sus 74 años ha puesto los ojillos sonrientes cuando me despedía:
– Muy malillo tenía que estar yo el sábado para no ir con mi equipo a Madrid…
Fuente: Manuel Ramírez y Fernández de Córdoba en Suroeste 22 de junio de 1977