Entrevista Faruk Hadzibegic 1986
Hoy traemos una entrevista publicada en el diario deportivo AS en diciembre de 1986 y en la que Faruk Hadzibegic, en su segunda temporada en el Betis, repasa diversos puntos de la actualidad del momento futbolístico.
El yugoslavo Faruk Hadzibegic ocupa desde la pasada temporada una de las dos plazas de extranjero del Real Betis Balompié. Hasta entonces militaba en el Sarajevo, club en el que fue veintidós veces internacional con la selección absoluta.
Durante el primer año en el Villamarín no fue convocado, pero la calidad siempre acaba por imponerse y Miljan Miljanic, en su puesto de directos de todas las selecciones nacionales, e Ivica Osim, responsable de la selección absoluta, lo han vuelto a llamar. Primero, para el Inglaterra-Yugoslavia de la Eurocopa de Naciones, en el que pese a perder por 2-0 le hizo un marcaje perfecto a Lineker, y en un futuro, para todos los encuentros que les quedan por jugar. Al menos eso le ha prometido Osim.
- Faruk, cuando llegaste a España, ¿notaste un fuerte cambio respecto al fútbol yugoslavo?
- Sí que noté un cambio, pero el principal problema con el que tuve que enfrentarme fue la diferencia de clima y temperatura que existe entre Sevilla y mi país; aquí hace mucho más calor. Pero he tenido suerte, ya que me he adaptado muy bien, saliendo con mis compañeros a coger aire en el campo
- Tu fichaje fue muy celebrado por la afición bética, ya que la defensa de tu equipo pecaba por entonces de inexperiencia y de falta de tranquilidad, cosas que ha adquirido teniendo detrás a un jugador de tu categoría, dándoles serenidad…
- Bueno; yo estoy muy contento por eso. Además, me obliga a intentar hacerlo cada día mejor y cumplir todo lo que el Betis espera de mí
- Una anécdota: la afición encontró tu nombre y apellidos tan difíciles de pronunciar que muchos optaron por llamarte Pepe. ¿Qué piensas de este apelativo?
- Bueno, aunque todo el mundo le gusta que le llamen por su nombre, yo comprendo que pronunciar el mío es difícil y me cae bien que me llamen Pepe. Es una cosa simpática
- Eres el único yugoslavo que juega en España. No te ocurre como a los jugadores de otras nacionalidades, por ejemplo tu compañero argentino Calderón, que abundan mucho más y pueden hacerse compañía mutuamente ¿No te asalta alguna vez el fantasma de la soledad?
- Mira, yo soy muy patriota, de verdad que soy muy patriota. Pero cuando decidí venirme a jugar en el Betis, como somos de dos culturas diferentes, Este y Oeste de Europa, me dije: voy a respetar a todas las personas que viven allí, y me voy a adaptar a su forma de vida. Quiero decir que aunque aquí no haya ningún otro yugoslavo, soy feliz; vivo con mi mujer Sofía, y mi hija, que se llama Inda; tengo además unos compañeros maravillosos, que me invitan a su casa, a salir… Por otra parte, el estar solo me ha beneficiado para aprender más rápidamente el idioma español y para concentrarme por completo en mi trabajo
- Volviendo al fútbol español, ¿qué opinión te has formado de él?
- El fútbol tiene mucha calidad en España, como lo demuestra su selección, que siempre está jugando la Copa de Europa o el Campeonato del Mundo, y sus clubs, cuando salen a jugar torneos europeos. No en vano jugaron el año pasado tres finales
- ¿Qué resaltarías de él?
- Yo creo que tiene una gran ventaja sobre otros países, y es la gran afición que mueve a los estadios, porque eso le da al futbolista una gran ilusión para salir siempre por todo y dispuesto a dar espectáculo
- Hasta hace pocos años se criticaba la preparación física de los futbolistas españoles, en el sentido de que tenían pocas fuerzas comparados con los del centro y este de Europa. ¿Sigue siendo así?
- Hay alguna diferencia, pero muy poca, con la preparación física de esos países, aunque es normal que la haya, ya que aquí los futbolistas son más técnicos. En mi opinión la principal diferencia que existe entre el fútbol español y el de los países del este es el juego, que mientras aquí es, en primer lugar, a dar espectáculo, y en segundo, por el resultado, allí se va siempre a por el resultado. Yo, personalmente, me declaro partidario del espectáculo
- ¿Qué nivel le encuentras al arbitraje español?
- Bueno, –dice entre risas–, cuando se pierde todos los árbitros parecen malos. En este tema hay una cosa muy importante, y es que arbitrar es muy difícil. En primer lugar, porque todo el que asiste a un partido piensa que sabe qué es el fútbol y que opinión, y no la del árbitro, es la correcta; por eso se les abronca tanto. Y en segundo lugar, porque a algunos árbitros les gusta ser protagonistas, consiguiendo solamente echarse al público encima. Yo creo que ser un buen árbitro es muy difícil, y que los españoles no son ni mejores ni peores que los de cualquier otra parte del mundo.
- ¿Y qué me dices de los clubs?
- Creo que se le puede dividir en tres grupos. El primero estaría formado por el Real Madrid y el Barcelona, los dos equipos que tienen la obligación de luchar todos los años por el título de Liga, y que se tienen que estar fortaleciendo continuamente para conseguirlo. En el segundo grupo estarían todos esos equipos que tienen un potencial muy parecido y entre los cuales no se puede vaticinar el vencedor de un partido, como, por ejemplo, pasó con nuestra visita al Zaragoza: pocos confiaban en la victoria del Betis y, sin embargo, ganamos. Entre estos equipos se puede decir que gana el que tiene su día. Y en el tercer grupo están los clubes que se conforman con no descender. Sobre el Real Madrid y el Barcelona quiero decir una cosa: ninguno de ellos puede tener un equipo lo bastante bueno como para ganar siempre la Liga. Si uno logra reunirlo, la gana; de lo contrario, la gana el otro o, en su defecto, el conjunto más regular del segundo grupo. Cuando no tienen los mejores futbolistas (lo que no es fácil porque no son suficientes once), juegan con otros que son buenos y a los que la afición les pide tanto como a los mejores, que siempre es más de lo que ellos pueden dar. Entonces a ese club le pasa lo que este año le está ocurriendo al Real Madrid.
- Se ha planeado reducir la Primera División a dieciséis equipos, ¿redundaría esto en un aumento de la calidad?
- Yo pienso que sí, pero, bueno, creo que España debe hacer otra cosa. Sería preferible hacer como en Europa: parar un mes, cuando la competición va por la mitad, para que los futbolistas lesionados puedan recuperarse, y para que la afición descanse y vuelva a los estadios con más ganas, además de que la Navidad es tiempo para estar con la familia y no jugando. De esta manera se podría quitar el “play-off”, que para mí es una tontería, que no sirve para nada. Mejor dieciséis equipos con una parada en diciembre.
- Entonces, ¿no le ves sentido al “play-off”?
- Yo pienso que lo han sacado porque cuando acaba la Liga en abril no queda nada que hacer hasta septiembre. Si un equipo queda campeón después de jugar durante treinta y cuatro jornadas, ¿por qué tiene que jugar otros diez partidos? Yo no le veo ninguna ventaja y sí muchos inconvenientes: entre Liga, Copa, torneos europeos y selección nacional hay que estar jugando todos los domingos y casi todos los miércoles, y así no hay tiempo para que un futbolistas importante se recupere ni para preparar bien el siguiente partido. Cuando se trata de un partido de la UEFA, todavía peor para el club español, porque el extranjero viene más descansado y mejor preparado.
Fuente: Jesús Sánchez en AS 20 de diciembre de 1986