Entrevista Juan Corbacho 1989
Juan Corbacho llegó al Betis para entrenar al conjunto filial en junio de 1989. Venía de ascender al Utrera a la Segunda División B, categoría que el Betis Deportivo había perdido esa misma temporada.
Su carrera, en equipo modestos hasta ese momento, estaba plagada de éxitos, pues había conseguido ascender con todos los equipos por los que había pasado (Riotinto, Brenes, Mairena, Sevilla Atlético y Utrera).
Pero el descenso del Betis en la promoción frente al Tenerife iba a trastocar todos los planes. Luis Aragonés era el elegido para el banquillo bético en la 89-90, pero su contrato estaba supeditado a que el equipo continuara en Primera División. Las gestiones realizadas con otros técnicos del momento, como Benito Joanet, Vicente Miera ó Colin Addison, no fructificaron.
Sorpresivamente el 20 de julio de 1989 se anunciaba que Corbacho sería el encargado de dirigir al primer equipo.
Una derrota en el Bernabéu en abril de 1990 en la jornada 32 conllevaría su destitución, cuando el equipo era tercero por detrás de Burgos y Bilbao Athletic.
En esta entrevista de ABC de septiembre de 1989 desvela muchas de las claves de este hombre que, procedente del fútbol modesto, entrenó al Betis en unos difíciles momentos.
Juan Corbacho, cuarenta y siete años, sevillano del Cerro del Aguila y criado en la Encarnación, fue nombrado entrenador del Real Betis en la madrugada del 20 de julio pasado, cuando todos esperaban a un hombre de más historiado curriculum. Luis Aragonés, Benito Joanet, Vicente Miera y Colin Addison lo habían precedido en la escala de valores de la junta directiva bética. Hasta hace bien poco compaginaba las tareas de entrenador en conjuntos más modestos con el oficio de electricista, profesión aprendida de forma autodidacta. El Ríotinto, Brenes, Mairena, Sevilla Atlético y Utrera saben lo que es ascender de la mano de Juan Corbacho. Llegó casi de puntillas al club de sus amores para entrenar al Betis Deportivo en Tercera División y, sin haberse puesto el mono de faena en el filial, se encontró con el reto de tener que devolver a la División de Honor al primer equipo. A este hombre, que confiesa que “trabajando con equipos de pueblo me he formado como persona y como entrenador”, le salen los colores por la boca cuando añade “ser entrenador del Betis es demasiao…”
– La noche en que Pedro Buenaventura me dio la noticia me la pasé completamente en blanco. Creo que ha sido la única noche en mi vida que no he conseguido dormirme. Me causó una sorpresa enorme y me quedé alucinado. Luego ya lo digerí perfectamente. Pensé que también era algo correcto y coherente el que yo fuera entrenador del Betis
Así recuerda Juan Corbacho su reacción ante la noticia de que había sido nombrado nuevo entrenador de la primera plantilla del Real Betis Balompié. Ello ocurrió en la madrugada del pasado 20 de julio, después de una larga reunión de la directiva de Hugo Galera. Habrían quedado en el camino hombres de un mayor “cartel”. Al final se apostó por un hombre de currículum más modesto, por la categoría de los equipos que no por los logros cosechados en ellos, pero bético a más no poder. La precaria situación económica del club también tuvo su influencia en esta decisión, que fue acogida con división de opiniones.
Han pasado dos meses y Juan Corbacho, con su peculiar forma de ser, ha acallado mucha reticencias, tanto entre los aficionados como con los jugadores.
– Ser entrenador del Real Betis Balompié es algo muy grande para cualquier entrenador. Este no es un equipo de Segunda División, este es el Real Betis. Y no es una frase que la diga yo, es un hecho histórico. Ser entrenador de este equipo es demasiao. Por todo ello me tuve que plantear seriamente si yo sería el hombre idóneo para entrenar al Betis, al margen de que ya me hubieran nombrado. Después de analizarlo llegué a convencerme de que sí podría ser un hombre válido, independientemente de lo que luego digan los resultados. Además, pienso que si he triunfado prácticamente en todos los equipos que he entrenado, porqué no lo voy a hacer aquí. También hay que tener en cuenta que he estado en unas categorías inferiores trabajando con equipos inferiores, acordes a la División en las que estaban. Ahora voy a trabajar en Segunda, con una plantilla de categoría contrastada, que hace sólo unos meses estaba en Primera.
Corbacho entra ahora a analizar cómo le recibió la plantilla:
– Es cierto que los jugadores me recibieron con cierto escepticismo, según han confesado ellos mismos, con bastantes peguntándose: ¿y este tío quién es? ¿qué rollo nos va a marcar ahora? Por eso yo entendí que lo primero que tenía que hacer era ganarme a esta plantilla. Me presenté en el vestuario y le dije que no hicieran juicios de valor en un principio, que me trataran primero y me dieran un margen de confianza de unas semanas, hasta que pasara la concentración de pretemporada en Galicia. ¿Diferencias con los jugadores de categoría inferiores? Hombre, no es lo mismo entrenar a alguien que viene de trabajar en el campo o es albañil o mecánico, que a los jugadores que tengo ahora. El reglamento es el mismo en todas las categorías. Lo que cambia es el medio ambiente y la personalidad de los futbolistas, cuya escala de valores es diferente. Por eso, el entrenador, además de los conocimientos técnicos y tácticos, tiene que tener una personalidad y una psicología muy grande y ser muy extrovertido. La plantilla te la tienes que ganar tú con tus conocimientos y lograr que se identifique contigo.
El actual entrenador del Real Betis es otro de los personajes que ha vivido la rivalidad futbolística de la ciudad desde las dos orillas. Durante tres temporadas fue entrenador del Sevilla Atlético, durante las cuales convivió con tres entrenadores del primer equipo, Manuel Cardo, Jock Wallace y Javier Azcargorta, y hubo momentos en que las circunstancias le llevaron a pensar que podría dar el salto y entrenar en Primera División.
– Esa posibilidad, cuando se entrena al filial de un club grande, siempre se tiene. No se dio esa oportunidad, pero lo que está claro es que fue una etapa importante. Se pasaron esos tres añitos y creo que se hicieron cosas muy importantes. A raíz de mi salida del Sevilla Atlético, tuve ocasión de venir al Betis Deportivo, pero no cuajó la cosa.
Pese a todo a Juan Corbacho no le perdonaron su “ascendencia” bética y así se lo hicieron llegar en determinados momentos.
– En muchos momentos me perjudicó esa circunstancia, porque incluso me llegaron a comentar algunos directivos que tenían muchas presiones en contra mía por mi beticismo. De todas formas, de mi estancia allí guardo buen recuerdo. Quiero aclarara que yo fui al Sevilla Atlético porque el Betis Deportivo nunca me llamó antes. Si no me hubiera venido incondicionalmente. Este año tenía buenas ofertas de equipos de Segunda, además de la del Utrera, donde me quieren mucho, pero no dudé en venirme al Betis Deportivo, sin importarme que hubiera descendido a Tercera. Firmé en blanco con la única condición de que fuera por dos temporadas. Mi máxima ilusión era venirme al Betis.
La condición de bético de Juan Corbacho le confiere una doble responsabilidad a la hora de hacerse cargo del equipo verdiblanco. De un lado, devolver el equipo a la máxima categoría, porque no conseguirlo este año podría acarrear unas consecuencias catastróficas para la entidad heliopolitana, y de otro, revalorizarse como entrenador, aprovechando una oportunidad que se presenta pocas veces.
– Soy consciente de que me la juego este año, pero eso es algo que me ha pasado en todos los equipos en los que he trabajado. Lo que pasa es que aquí la resonancia es mayor. Tengo que aunar en mi caso mis sentimientos béticos con mis pensamientos como entrenador y procurar que esos sentimientos no anulen mi personalidad como técnico.
Después de esa reflexión del técnico verdiblanco, Corbacho rememora algunas de sus vivencias como seguidor del Betis.
– El ser bético de corazón en mi caso es algo que va parejo a mi desarrollo como hombre. He conocido al Betis en todas las categorías. En Tercera, Segunda y Primera. Fui socio detrás de las porterías, en fondo y en preferencia, según mis distintas etapas económicas. Después me fui al servicio militar, me casé y por motivos profesionales no lo pude seguir tan de cerca.
Recuerda Corbacho los jugadores que más le impresionaron cuando él era un hincha de a pie…
– A Andrés Bosch lo veía en el campo como el jugador que quise ser. También me marcó Eusebio Ríos por su reciedumbre. Otro jugador que me impresionó siempre fue Pepe Valderas, por el carácter que imprimía a sus acciones y esa forma tan varonil (por no llamarla de otra forma) que tenía de intervenir en el fútbol. León Lasa y tantos otros. Hasta llegar al equipo que ganó la Copa del Rey, con jugadores como Antonio Biosca…
Aunque Corbacho quiere dejar claro que “cuando me expreso lo hago como entrenador del Betis y no como bético”. En sus palabras queda claro que es difícil separar sus sentimientos del cargo que ocupa en la actualidad…
– Desde que soy entrenador del Betis estoy viviendo una serie de experiencias que, sólo por ellas, ya merece la pena ocupar este puesto. Estos niños enfermitos que los traen para hacerse una foto conmigo… Estos hombres ya de edad que en los últimos momentos de su vida quieren tener un recuerdo del equipo… A ellos les da igual que estemos ahora en Segunda. Son béticos y tienen que morir béticos. En Murcia me encontré un matrimonio humilde de La Rinconada que viajó para ver al Betis. A ellos le dije que estaba más contento del triunfo por ellos que por mí. Y era verdad…
Está intentando el nuevo entrenador verdiblanco inculcarles un sello propio a los jugadores. Un sello que tiene las siguientes premisas:
– Cuando me hice cargo de la plantilla me comprometí a aportar una serie de cosas que van conmigo desde niño. La dignidad que creo tener para andar por el mundo. Esto fue lo primero que le pedí a los jugadores. Además, les pedí mucha humildad, trabajo, sentido de la responsabilidad y sacrificio. Con todos esos conceptos se pueden poner las bases para ascender. Porque nuestro único objetivo debe ser ese, ascender.
Hasta el momento el Beis no ha podido, en su deambular por Segunda, realizar un juego espectacular, ni demostrar una superioridad que se le supone a todo equipo que desciende y máxime cuando cuenta con jugadores del historial de algunos de los que militan en su plantilla. La opinión de Corbacho al respecto es la siguiente:
– No quiero que la gente piense que este equipo sólo sale al campo a pelear y luchar. Yo les digo a mis futbolistas que, cuando no tenemos el balón, hay que ponerse el mono de trabajo y mancharse las manos de grasa si es preciso y cuando lo tengan, que se pongan el frac, que se vistan con el traje de paseo, se sientan artistas y se luzcan si es posible. A nosotros lo que nos interesa es adquirir personalidad en la categoría. Hemos tenido que darle una identidad al equipo para andar por esos campos de Segunda.
Juan Corbacho es un hombre de fuerte temperamento, como él mismo reconoce, a pesar de decir que se ha moldeado algo este año.
– Al principio yo les hablaba mucho de mi forma de ser. A esta plantilla la conquisté con mi comportamiento. Les digo a veces: Es que no dais motivos para que saque a relucir la fiera que llevo dentro. Y ellos me contestan: Sabemos que usted cuando se enfada es peligroso. Desde que estamos juntos sólo me he enfadado con tres o cuatro. Mi mejor virtud es que razono mucho, y cuando me enfado es porque llevo razón y entonces “no hay tío páseme usted el río”. Entonces pongo sobre la mesa lo que hay que poner. Desde que soy entrenador del Betis sólo he cambiado en mi forma de expresión. Antes soltaba muchos tacos y ahora menos, aunque de vez en cuando se me escapa alguno.
Fuente: Juan Manuel Avila en ABC 24 de septiembre de 1989
