Entrevista Luis Del Sol 1959.

En septiembre de 1959 el Betis jugó en el Bernabéu donde cayó de forma estrepitosa por 7 a 1. La primera parte estuvo igualada, ya que con un gol de Rojas el Betis se puso por delante en el minuto 20, aunque el Madrid empató en el 25 con un tanto en propia meta de Ríos.
En la segunda parte el vendaval se desató sobre la meta de Menéndez, que vio hasta 6 tantos dentro de sus redes. La gran atracción del Betis en esa época era Luis Del Sol, su mejor jugador y una de las grandes revelaciones del fútbol nacional.
Esta entrevista publicada al día siguiente en el diario madrileño Pueblo pone de manifiesto el interés que Del Sol despertaba en los medios de prensa, donde se especulaba sobre la oferta madridista para hacerse con su fichaje, lo que sucedería al final de esta temporada.
Aquí está, en el hotel, frente y junto a mí, el soriano criado en Sevilla. ¡Y olé por él¡ Ocho millones daba el Madrid por su ficha. Eso al club. Villamarín, muy flamenco el gallego que preside el Betis, dijo que habría que dar a Di Stéfano, a Puskas y a Didí a cambio. Ah, y el estadio…
- Este partido nos resultó muy mal. El Madrid, arrollador. Creo que, por lo menos, en un par de goles tuvimos mala suerte…
El partido no tiene más historia para este jugador.
- Si usted fuese jugador y entrenador del equipo, ¿cómo alinearía a Del Sol?
- Primero acoplaría a mis restantes compañeros. Después vería si quedaba algún hueco para cubrirlo yo. Quizá eligiese el puesto de interior retrasado
- Esos dos pies, amigo, valen muchos millones. Dicen que ocho. ¿Cuál vale más de los dos?
- Ah, pues no sé decirlo. Chuto igual con los dos
- ¿Rompen muchos zapatos en la calle esos pies?
- Me dura bastante el calzado. Donde rompen más es en el campo, porque vivo del fútbol y me alinean siempre, felizmente
- ¿Elige los zapatos para la calle y para el fútbol?
- Los del fútbol son adaptados a mis pies, cómodos. Los de la calle no son a medida. Me gusta la elegancia. Pero, ya ve usted, con este cuerpo tan raro que me dio Dios no puedo preocuparme por la elegancia
- Bueno, si yo le dijera que daban ocho millones por esos dos pies, ¿cómo reaccionaría?
- Perdería el conocimiento
- Se los daba el Madrid
- ¿Sí? Pues no sé. Conmigo no hubo gestiones. Yo soy profesional…
- Vamos a ver. ¿Cada uno de esos pies ha ganado ya…pongamos medio millón de pesetas?
- Todavía no. Pero, si Dios quiere, espero que produzcan ese dinero para mi porvenir, cuando tenga que dejar el fútbol
- Dicen que usted es un jugador que piensa, que organiza con cabeza. ¿Gastan más dinero en linimento sus músculos o en fósforo su cerebro?
- Linimento, linimento. Yo no he tomado fósforo jamás. Pienso, pienso cuando las cosas van bien en el equipo y uno se puede permitir pensar las jugadas. Cuando hay que ir a ganar y la cosa está difícil, ríase usted de los que dicen que piensan. Solamente se pone coraje para ganar… Y en la calle, pues pienso en muchas cosas. No demasiadas. El maestro me decía unas veces que era torpe; otras, que no echaba cuentas. Estudiaba, mientras trabajaba, varias cosas: mecánica, física, geometría. La física era lo que mejor se me daba. Pero ya me olvidé de todo…
- ¿Sabe usted mucho de fútbol o es solo intuitivo?
- Cuando veo un partido me considero un buen espectador. Sé distinguir. Cuando juego, ya le he dicho a usted, hay que dejar la ciencia para suplirla por el amor propio… Hay un jugador que lo reúne todo, ése puede pensar y jugar: es Di Stéfano
Mereció la pena Del Sol. Mantuvo el equipo en el primer tiempo. El partido no tenía mucha historia para hablar. Sus pies, sí…