O derbi mais grande do mundo, de Fernando Iwasaki
En la historia de los derbis sevillanos, ya con más de un siglo, la temporada 2004-05 se caracterizó por una alta tensión ambiental. Las declaraciones cruzadas de los presidentes (Del Nido y Lopera), e incluso de los técnicos (Caparrós y Serra), contribuyeron en alto grado a esa situación, que fue bastante habitual durante esos años.
El 19 de diciembre de 2004 jugaban en terreno sevillista los eternos rivales y el periodista Fernado Iwasaki en las página de ABC ponía de manifiesto en este artículo cómo la numerosísima presencia de jugadores brasileños en ambos equipos, hasta 6 futbolistas estuvieron presentes en el partido, no iba a contribuir a esa tensión, dada la procedencia de cada uno de ellos.
Si Denilson no estuviera lesionado, en esta nueva edición del duelo Sevilla vs. Betis podrían enfrentarse hasta siete futbolistas brasileños. A saber, Baptista, Renato, Alves, Oliveira, Edu, Assunçao y el propio Denilson. Ignoro si en algún momento de la historia de nuestros derbis ha coincidido en el campo un número similar de jugadores extranjeros de la misma nacionalidad (argentinos, uruguayos, yugoslavos), pero quizás no me equivoque demasiado si afirmo que todos estos magníficos profesionales han elevado de manera simultánea el fútbol de nuestros clubes.
En el ADN futbolero de cada jugador está la célula madre de los derbis, y uno desea que la rivalidad sevillana se contagie de los modos y maneras de los clásicos brasileños, donde la mortalidad del fútbol se mide por los hinchas que la palman en las gradas o delante de la tele, pero siempre «torciendo» por sus colores y jamás agrediendo al prójimo (aunque nunca falten los energúmenos que confirmen la regla). Los brasileños disfrutan hasta con las virguerías del jugador del equipo rival y en eso se diferencian de argentinos y españoles.
El flamante campeón del torneo argentino es el Newell´s Old Boys de Rosario, que ganó la liga argentina a pesar de que su eterno rival -Rosario Central- se dejó derrotar por River Plate para que los «millonarios» adelantaran a Newell´s, pero los «canallas» no contaban con que los «leprosos» jugaban ese mismo día contra Boca Juniors y que los «bosteros» también se iban a dejar ganar por Newell´s para que los «gallinas» de River no tuvieran ninguna opción de llevarse la liga. En el colmo de los colmos, en la última fecha los dos equipos de Rosario jugaron contra los dos clubes de Avellaneda -Independiente y Racing- y ambos enemigos jugaron en busca del resultado que más perjudicara al eterno rival. En Brasil, afortunadamente, no es así.
Todos sabemos que en Río de Janeiro existen los derbis entre Flamengo-Fluminense y Botafogo-Vasco da Gama, así como en Sao Paulo tenemos los clásicos Santos-Palmeiras y Sao Paulo-Corinthians; pero en realidad la verdadera rivalidad es entre paulistas y cariocas. Y los brasileños del Betis y del Sevilla son todos paulistas, con excepción de Alves que es bahiano. Es más, ningún paulista bético o sevillista proviene del Palmeiras o del Corinthians, sino exclusivamente del Santos (Renato, Assunçao y Oliveira) y del Sao Paulo (Denilson, Baptista y Edú), por lo que ni siquiera se jugará un derbi brasileño subliminal, ya que el ADN paulista es garantía buen rollo. Como bético me haría ilusión que mi equipo ganara en el Sánchez Pizjuán, mas como aficionado al fútbol deseo ver un gran partido con muchos goles y jugadas fulgurantes que reverberen varios días en mi memoria. Mismamente como en Brasil. ¿Acaso es lo mismo un rácano cero a cero que un vistoso cinco a cinco? Eso estaría muy bien: después del cinco a cinco, que el que meta gol gane. Queridos garotos béticos: jogar con certeça o derbi mais grande do mundo e muito cuidado con fotibol carioca del Sevilla.