Por fin Sevilla tendrá un gran Stadium

Ya vimos aquí en esta semana como en noviembre de 1926 la Comisión Permanente de la Exposición Iberoamericana de 1929 decidió la construcción de un Stadium que daría cobertura a las actividades deportivas asociadas con la muestra.
Hoy traemos una publicación de la prensa local, El Noticiero Sevillano 26 de noviembre de 1926, en la que se comentaba la noticia y se congratulaba de que, como dice el titular del texto, «por fin Sevilla tendrá un gran Stadium».
Los terrenos de deporte existentes en Sevilla eran muy escasos y limitados principalmente a los dos campos de fútbol de los dos equipos principales: el de Reina Victoria, en el que jugaba el Sevilla Fútbol Club, con unas dimensiones de 100×68 y una capacidad de 10.000 espectadores, y el de Patronato, en el que jugaba el Real Betis Balompié, con unas dimensiones de 111×75 y un aforo de 5.000 espectadores.
Como curiosidad las dimensiones del terreno de juego del Patronato lo hacían el de mayor tamaño de todos los campos de primera categoría en España.
Pero los aforos de los terrenos sevillanos eran reducidos y superados por los de otras ciudades. Las Corts en Barcelona, con 23.000 espectadores era el de mayor tamaño, seguido por Sarriá, San Mamés e Ibaiondo con 18.000 y por el Metropolitano y Sans con 17.000.
En el artículo se habla de la futura ubicación del Stadium: los terrenos ubicados a la derecha del final del paseo de la Palmera, propiedad de los hermanos Camino. El precio que se pagó a éstos fue elevadísimo, lo que como ya vimos aquí, llevó a la reducción del aforo previsto, que se quedó en 16 mil espectadores, así como la eliminación de todas las instalaciones deportivas suplementarias (campos de tenis, pistas de atletismo y ciclismo, piscinas, etc). Ya en los años de la corporación municipal republicana hubo un gran revuelo cuando se conocieron los sobrecostes y el elevado precio pagado por los terrenos.
Como nuestros lectores saben ya por el extracto de la sesión celebrada por la Comisión permanente de la Exposición ha sido aprobado ayer el anteproyecto para la construcción de un gran campo de deportes.
Desde estas columnas hemos abogado en repetidas ocasiones para que con la urgencia posible se dotase a Sevilla de un Stadium en el que pudieran tener lugar las más variadas manifestaciones del deporte, tanto en su aspecto espectacular como en lo que a su desarrollo de la cultura física se refiere.
Es realmente lamentable que Sevilla, que tanto progresa, se ofrezca a la vista de los innumerables turistas que a nuestra capital vienen como una ciudad atrasada en este aspecto que tanto preocupa en las naciones de donde ellos proceden, y en las que se cultiva el deporte en gran escala y con los medios adecuados.
Rara es la capital que hoy en día no cuenta con su Stadium, y Sevilla por fin va a tener el suyo, y por cierto magnífico en verdad.
Pese a los escépticos que no dan al deporte la importancia que realmente tiene en la vida moderna, la obra, si no un hecho, está en vías de franca y pronta realización.
El crédito concedido, con ser grande, no permitirá muchos lujos, pero creemos que si se va decidido a suprimir lo superfluo y se atiende al aspecto artístico y de comodidad, puede hacerse una obra digna de Sevilla.
El Stadium, que ocupará una extensión superficial de 60.000 metros cuadrados, tendrá campos de fútbol, canchas de tennis, pista para carreras pedestres y ciclistas, piscinas, etc
Para todo esto se emplearán unos 40.000 metros, y el resto es para paseos y establecimientos de los locales necesarios.
La capacidad del Stadium es de 22.000 espectadores, y se ha estudiado con gran cuidado todo lo que la técnica moderna aconseja para las construcciones de esta clase.
Dejamos para una crónica próxima el estudio y comentario del proyecto, y por hoy nos limitamos a consignar que se instalará en terrenos a la derecha del paseo de la Palmera, de la propiedad del señor Camino, y que el concurso para la adjudicación de las obras se hará tan pronto como terminen unas conferencias que hay iniciadas para llegar a un acuerdo respecto al precio que hay que abonar por metro cuadrado, y a que nuestro Ayuntamiento designe el punto concreto donde se ha de construir.
Tenemos noticias de que por parte del señor Camino se darán toda clase de facilidades para que sea pronto un hecho la construcción del gran Stadium sevillano que tanto desea la enorme masa de deportistas sevillanos, y no dudamos, conociendo su amor por Sevilla, que quedarán allanadas todas las dificultades.