Cuando los grandes reciben de su propia medicina
El Betis jugó un partidazo contra el Barcelona, por juego mereció ganar, pero al final le empataron en el último minuto. Eso es así, y lo reconoce un elegante Luís Enrique. Ese es el titular del partido de ayer: «El Betis fue mejor que el Barcelona de la MSN».
Si revisas la prensa catalana se ve en tres dimensiones el claro error de no conceder el gol que entró, que sacó Mandi desde dentro. Es incuestionable que el Barça se puede sentir perjudicado, pero, ¿comparamos cuantas veces fue al revés y se reían de nosotros cuando nos quejábamos? Sin ir más lejos, la temporada pasada con un penalti pitado cuando Adán despejó de puños un centro. Además en el rechace del penalti fallado, le pegaron una patada a Westermann que desde aquel entonces no volvió a ser el mismo. Y como ese, muchos. Pero si eso no es suficiente, tenemos que aguantar que se diga que no ganaron por el árbitro. Pero señores, que la jugada fue con 1 a 0, que si hubiera empatado no se sabe como se hubiera terminado el partido, que los goles no se suman como uno quiere.
No voy a dar un segundo más al ego dolido del Barça, que no son capaces de reconocer que fuimos mejores. Que conste que hoy es el Barça, y otro día es el Madrid. Es indudable que son los dos equipos más favorecidos siempre. Hablando del partido, pues que voy a contaros que no sepáis:
- Enorme planteamiento de Víctor Sánchez del Amo que estudió perfectamente como presionar la salida de balón del Barcelona.
- Enorme despliegue físico de todo el equipo, con lo que vale la pena destacar la labor de Marcos Álvarez.
- Buen debut de Tosca y excelente de Rubén Pardo, con unos cambios de juego que hacía tiempo que no se veían en el Villamarín.
- Mandi y Pezzella estuvieron imperiales en el centro de la defensa.
- Piccini y Durmisi fueron dos verdaderos puñales, excelentes los dos.
- Rubén Castro estuvo incansable y motivado, aunque errático en su puntería, tuvo el 2 a 0 en una que no falla nunca.
- Álex Alegría sigue reivindicándose con goles.
- Nahuel no solo no aporta, sino que resta, lamentable su pérdida en el gol del Barcelona
Pero por encima de todas esas claves, un nombre, Daniel Ceballos. Lo del chico de Utrera empieza a ser para enmarcar. Partidazo en lo ofensivo y en lo defensivo, siendo el máximo asistente, el máximo recuperador, el que más corrió, y además no consiguió un gol por el portero y por el travesaño. Tremendo.
Es hora ya de demostrar este espíritu que tiene el equipo en casa, salvo la excepción del partido frente al Sporting, fuera de casa. El partido frente al Depor es la prueba definitiva que necesita el equipo y la afición para ir de la mano. Ganar en Riazor con ese espíritu es hacer desaparecer los fantasmas y poder mirar el final de la liga con optimismo. Esperemos que sea así.