Boudebouz, el fútbol hecho arte
Todos los jugadores del Betis se merecen una mención especial, pero por mi manera de entender el fútbol, me apetecía escribir sobre el mago. Ryad Boudebouz es un jugador diferente, y eso le lleva a ser en muchas ocasiones incomprendido, pero su calidad está fuera de toda dudas. Es ese típico jugador que parece que tiene cuatro ojos, porque ve el pase antes que nadie, muchas veces incluso antes que sus compañeros, un jugador de esos que se le llama diferentes.
Regateador excelso, no le gusta el fútbol fácil, siempre busca el resultado unido a la belleza, y eso le lleva a arriesgar mucho más de lo que lo hacen los jugadores normales. Por esa manera de arriesgar, da siempre la sensación que pierde muchos balones de los que pierde, porque lo cierto es que es un jugador que se encuentra por encima del 80% de acierto en el pase, y siempre son pases que dejan mejor al compañero, no pases de compromiso. Siempre se ofrece para desahogar al compañero, y cuando deja el campo, el equipo pierde ese factor diferencial que engancha mediocampo con delantera.
Llegó a una liga diferente y lesionado, le costó entrar en la dinámica del equipo, pero el 10 bético es un jugador extraordinario y comprometido con la causa. Estoy seguro que le queda mucho que darnos al beticismo, me froto las manos de pensar que la temporada que viene podrá hacer la pretemporada completa, y no me quiero imaginar lo que será capaz de hacer este hombre cuando esté a tope físicamente.
Ryad Boudebouz es un jugador que no deja indiferente a nadie, en ocasiones puede desesperar por su búsqueda del pase circense, pero es un jugador que hace el fútbol arte, y eso lo necesitábamos los béticos. No le podemos ni le debemos pedir regularidad, pero si le debemos pedir que marque diferencias en los últimos metros, marcando y asistiendo. Estoy seguro que lo mejor está por llegar, y lo veremos en Europa.