Rubén Castro, no sé que decirte…
Hola Rubén,
Desde que sabía que te ibas, estaba dándole vueltas a como podría expresarte con palabras mi sentimiento. Lo que más me venía a la mente era una canción de Seguridad Social, Chiquilla, que en un momento dice: «que las palabras se quedan cortas para decir todo lo que siento». Pues es eso y nada más, no sé como expresarte lo que sentimos, lo que siento como bético ante la marcha de un mito, éste si, del Betis.
Lo que diferencia a un jugador importante de un mito dentro de un club es algo muy personal. Para mí jugar en el Betis es algo muy grande, y es muy difícil encontrar jugadores que te den tanto o más de lo que han recibido del Betis. Por poner un ejemplo cercano en el tiempo, Adán es un portero que ha dado un buen rendimiento al Betis, sin duda, pero gracias a ello se va ahora a un Atlético de Madrid y salió del ostracismo de un equipo menor de Italia donde ni era titular. Mil gracias a Adán, claro, pero lo de Rubén estaremos todos de acuerdo que es otra cosa, aparte de otro estilo. Por mucho que le hayamos dado el beticismo a Rubén, él nos lo ha multiplicado, es de esos contados jugadores, como puede ser Cardeñosa, Gordillo o Esnaola por citar algunos, que han engrandecido al Betis, y eso solo unos elegidos lo pueden decir.
No voy a hablar de todos tus goles, eres historia del Betis por ello, no voy a hablar de tu nobleza para afrontar la cacería a la que se te ha sometido por los que ahora claman al cielo por tu despedida, no, voy a hablar de lo que nos has dado a nuestros corazones béticos estos años.
Tengo 48 años y probablemente en las temporadas que has estado en el Betis han sido de las que peores plantillas hemos tenido, y gracias a ti no nos hemos hundido en la miseria más absoluta. Nos has sacado dos veces de segunda, nos has mantenido en primera varias temporadas cuando teníamos cuatro cañas, nos has permitido tener un ápice de ilusión, porque aunque no había casi nada, teníamos al más grande, te teníamos a ti.
Lo fácil es decirte gracias, pero ese concepto es insuficiente para explicar todo lo que te debe el Betis. Sí, el Betis es muy grande, pero tú también. No es que seas una de las trece barras, es que formas parte de nuestros corazones.
Te digo gracias, porque no sé que mejor decirte, pero Rubén, eres Betis, y eso solo unos pocos lo pueden decir. Desde hoy soy de Las Palmas a muerte, porque seré de Rubén hasta el final de mis días.
Hasta siempre, un bético