Salvados por el mono de trabajo y un Kadir de miedo (2-0)
De menos a más pero sin terminar de convencer, de llegar al punto de seguridad que la afición requiere al equipo desde que comenzó el curso. Así ganó el Betis al Llagostera (2-0) en el primer enfrentamiento a todo o nada de la temporada, aunque aún hay mucho que mejorar si se quiere seguir avanzando a medida que lo haga la liga.
Partido igualado y disputado de tú a tú desde su comienzo, con un Llagostera que salió agazapado para en pocos minutos descubrirse, mostrar sus armas y, con ellas, desarmar a un impotente Betis. Al menos en un comienzo…
En menos de un cuarto de hora los catalanes ya habían asustado lo suficiente a los de Velázquez, casi siempre a balón parado, aunque aprovechándose también de la lentitud de la zaga y la falta de compromiso en el repliegue para buscar en largo al exbético Querol. Sin embargo, las más claras llegaron de las botas de Pitu, quien hizo emplearse al máximo a Dani hasta en tres ocasiones.
Primero con una falta baja al primer palo que Giménez saca in extremis, y más tarde con otra esquinada a la derecha que se envenena tras peinar Rennella y termina impactando en el poste. Además, también desde la esquina, puso un envío cerrado muy difícil para el cancerbero que, con todo, se mostró seguro e infranqueable.
El Betis estaba roto, la defensa por su lado, Kadir y Castro buscándose la vida cuando recibían, y el centro del campo absolutamente desaparecido. Exceptuando alguna muy puntual combinación inofensiva, muy plana, los balones largos o arrancadas de los dos extremos sin sentido fueron la tónica dominante de un lúgubre Betis en el primer período.
Reapertura trepidante la que valió a los de Julio para salir más beneficiados de lo que merecían por lo visto con anterioridad. Tras ver como anulaban un gol –ilegal, eso sí- a Jorge y no señalaban un penalti claro cometido por Jordi Figueras, los verdiblancos se sacudieron el susto de su cuerpo para dejar el encuentro más que encarrilado en solo diez minutos.
Un excepcional Kadir fue la clave, tras una primera mitad donde ya había dejado detalles de calidad, se consagró en la segunda con sus internadas por banda derecha que terminaron en sendos goles del Betis. Primero, con un pase de la muerte que remata Matilla; más tarde, con un centro raso al área chica que se encontró con Rennella. Pases medidos dignos del más reconocido orfebre, y Kadir que resucitaba al Betis.
A continuación, un par de intentonas sin más de los gerundenses que solventó el Betis no sin antes sufrirlas, y alguna que otra llegada de los verdiblancos, que se instalaron como dominadores sin excesiva profundidad, pero aprovechando las pocas que tuvieron, como una falta al larguero de Rubén o un tiro alto de Cejudo tras una buena triangulación. Lo más llamativo hasta el término, la sonora pitada con que se retiró un desacertado Nono.
Victoria de oficio sin brillo de un Betis que salvó los muebles gracias a un sorprendente Kadir, que apareció cuando nadie lo esperaba para conseguir llevar en volandas a un equipo que no se encuentra, pero que de momento va sacando los partidos adelante. Veremos cuanto dura esta dicha…
FICHA TÉCNICA
Real Betis: Dani – Molinero; Perquis; Jordi; Casado – Xavi Torres; Nono (Lolo Reyes, 75’); Matilla – Kadir (Cejudo, 64’); Rennella (Molina, 70’); Rubén Castro.
UE Llagostera: Moragón – Enric Pí (Ruymán, 57’); Tito; Jorge; Masó – Pitu; Óscar Rico (Rivas, 68’); Robert; Barnils – Querol; Juanjo (Tarradellas, 62’).
Goles: 1-0, Matilla (46’). 2-0, Rennella (55’).
Árbitro: Gorka Saques Oscoz (colegio vasco). Amonestó a Perquis (4’) y Lolo (90+1’) por el Betis; y a Enric Pí (31’), Barnils (49’), Juanjo (56’) y Jorge (86’) por el Llagostera.
Incidencias: Partido disputado en el Estadio Benito Villamarín desde las 20:00h ante 15.212 espectadores.

Noticia por Marc Martínez Barroso
Bético, no desde que nací, pero sí desde que lo conocí. Aquí, me encargo de explicaros lo más interesante que pasa en este gran club. Subiendo escalafones para llegar algún día a lo más alto del periodismo, y si puede ser junto a Manquepierda, mejor.