La bandera de Picchi, de Manuel Fernández de Córdoba
Con motivo del Centenario de la entidad en el año 2007 se hizo entrega de banderas con el logotipo a todos los socios del club. Con este motivo el periodista Manuel Fernández de Córdoba, en las páginas de ABC, dedicó un artículo en el que homenajeaba a Antonio Picchi Castro, uno de los grandes hombres de la historia verdiblanca, y el miembro más importante de la saga familiar.
Busquen un imposible: ser más bético que Antonio Picchi o, por extensión, que los Picchi, que mismamente toda la saga, y no creo que entre ellos haya otros colores, tiene la sangre verde que le corre por las venas a borbotones y, además, por si le faltara poco, ahí está su espejo para que no quepa la menor duda, este Antonio Picchi, ya patriarca, que ha pasado una temporadita, no por mor del fútbol, que ahí está curado de espanto, aunque uno lo haya visto llorar por su Betis, sino por algunos problemas de salud, y quien firma, que lo conoce desde que uno era chaval, y bien que sé de sus fidelidades, ¿verdad, Antonio?, para saber, desde siempre, que era el hombre leal desde la cabeza a los pies, el coleccionista de amigos y el amigo en que se puede confiar porque estuvo y seguirá estando, mientras el cuerpo le haga sombra, y que sea por mucho tiempo, poniendo la amistad en las alturas que sólo comparte con su Betis.
Y cuando en el ABC de ayer le vi en la foto con la bandera del centenario del Real Betis Balompié, con la sonrisa en su cara, la satisfacción por los adentros y las añoranzas en perfecto estado de revista, ya me lo imaginada cómo se le irían subiendo las pulsaciones en su corazón, aunque quizás los médicos no se hayan enterado de que hay quienes tienen sangre verde y les puede resultar raro, para, desde la yerba de aquellos viejos tiempos de Heliópolis, poder rememorar en cualquier momento muchos años sacados del fondo de su memoria y tantísimas vivencias en que este Antonio era lo que es y sigue siendo: Betis por los cuatro costados y ese mirar de frente que sólo se percibe cuando las personas son oro de ley de veinticuatro kilates.
Antonio ha vivido mucho Betis, que fue muy anterior al musho Beti y, eso sí, siempre con su Betis, pasando fatiguitas cuando había que pasarlas si se iba mal, como en aquellos años del infierno de Tercera que lo quería hundir sin poder conseguirlo; o aquellos otros años de fervor inmenso porque su Betis volvía a su ser.
Salud para ti, Antonio y a tu Betis…