Un bético de la 9ª provincia: ¿Cuándo pasamos de las palabras a los hechos?
Que en ocho jornadas nos hayan marcado dos veces seis goles son razones más que suficientes para que los béticos explotemos. Y no explotamos por este partido, ni por el del Nou Camp, ni por todas las goleadas que puedan venir, lo hacemos porque se nos cae la cara de vergüenza de lo que están haciendo entre todos con un equipo como el Real Betis Balompié.
Están consiguiendo que se nos termine la ilusión por la Liga a la novena jornada, que nos den ganas de meternos debajo de las sábanas y no queramos salir hasta el día siguiente, que simplemente, ya pensemos en la próxima temporada.
El problema, no nos equivoquemos, no son los resultados. Históricamente lo frecuente es perder con el Barcelona y el Madrid, pero no lo es perder encajando media docena de goles. Solo hay 9 equipos en España que han ganado Liga y Copa, y el Betis es uno de ellos. Es inadmisible que el Betis dé esta imagen, mucho peor que algunos recién ascendidos. La camiseta del Betis hay que honrarla con juego y trabajo, y aquel que baje los brazos ante la adversidad, no merece llevarla.
¿Es la culpa de Poyet? Pues el uruguayo no está ni mucho menos ayudando, sobre todo con sus mensajes post partidos demostrando poco conocimiento del equipo donde se encuentra, y no consiguiendo que los jugadores crean en su proyecto. Se nota que, con algunas excepciones puntuales como Rubén Castro, Joaquín, Petros y Adán, el rendimiento individual de los jugadores está por debajo de lo esperado. Ahora bien, las lesiones de jugadores claves como Jonas Martin y el fichaje estrella Sanabria condicionan el desarrollo del equipo. Los únicos jugadores con criterio con el balón en los píes son Jonas y Ceballos, y ambos, por diferentes razones, no están teniendo continuidad. Eso si, hay tres nombres, Ceballos, Donk y Nahuel, que el uruguayo debería afrontar el porqué no tienen el papel que se les espera, más vale que las explique antes que la gente haga conjeturas, a veces equivocadas y dolorosas.
Pero la lamentable imagen actual del Betis, más parecida a un equipo vulgar sin alma, no es de esta temporada. Esa imagen viene desde la temporada del último descenso, hace 4 años. Desde entonces el Betis es un equipo que ha dejado de ser protagonista por su juego y por su imagen. Los entrenadores van pasando y todo sigue igual. ¿Quizás no sea solo culpa del banquillo?
Un equipo se hace protagonista a base de buenos jugadores, ya sean por fichajes o por jugadores de la cantera. Ver un partido como ayer a un bulto sospechoso llamado Zozulya, me hace pensar si no se podía fichar a ningún delantero mejor. Ver como partido tras partido un lateral derecho como Piccini concede jugadas claras del gol por poca concentración me hace pensar si no hay laterales en la cantera mejores que el italiano.
Esta afición necesita un cambio, y ese cambio ya no es solo de entrenador, es de cambio de mentalidad institucional. No defiendo a Poyet, creo que su labor es muy mejorable, pero tras 8 jornadas no me parece la solución cesarle. Hay que buscar cambios mucho más profundos que tienen que ver con la forma de ver y llevar el Betis. Los béticos exigimos de una vez por todas hechos, no palabras, ya no nos basta con una cabeza en forma de entrenador nuevo.