Un bético de la 9ª provincia: Se está matando al bético
Nueva derrota en el Madrigal y nueva sensación de vacío en el bético. Te sientas delante del televisor esperando algo en que aferrarte, pero encuentras un equipo sin alma, sin ilusión, sin argumento futbolísticos, sin capacidad de reacción dentro y fuera del campo, sin garra, sin orgullo, en resumen; SIN NADA.
Y lo malo no es que no juguemos a nada, lo malo no es que los rivales no nos respeten, lo malo no es que no creemos oportunidades, lo malo no es que no seamos protagonistas, lo verdaderamente malo es que están acostumbrando al bético a que somos un equipo mediocre, que desde la jornada 11 ya debe de pensar en la que viene si quiere pensar en algo ilusionante. Están matando entre todos el espíritu del manquepierda, del tener la cabeza alta a pesar de todo, porque era tan importante el cómo, como el qué.
El equipo salió más o menos bien, presionando arriba, pero se veía que en el momento que el Villarreal golpeara, el ko era automático, y así fue. El Betis desapareció tras el gol de Trigueros, y exhibió sus carencias durante todo el partido.
No voy a echar más leña al fuego sobre Poyet, para mí en eso ya no hay vuelta atrás, no sirve. Es un entrenador que no es capaz de aportar ni en lo táctico ni en lo anímico, ya es obvio que los jugadores no creen en él, y ni siquiera pone a los mejores. Ahora hay que centrarse en su jefe, Miguel Torrecilla. Si el director deportivo quiere mantener su credibilidad, tiene que actuar con urgencia. Ni creen en Poyet los jugadores, ni la afición, y con tan solo 11 jornadas, tienen que ofrecer algo que ilusione a la afición, aunque eso suponga que se tenga que vender a alguien en invierno para tener dinero. Para hacer un buen proyecto, se necesita un líder, y eso cuesta dinero.
Señores Haro y Torrecilla, si quieren tener futuro en el Betis, deben actuar ya, y poner al mando a alguien que lidere un proyecto de verdad. Si no, está acostumbrando al bético a la mediocridad, y eso avoca a su muerte.