Betis y Emaná, cuestión de equilibrio
Si hay un club donde haya imperado menos el equilibrio a lo largo de la historia ese es el Betis. Nunca medias tintas. Todo o nada. De la cima a la sima. Siempre en el alambre y por siempre vivo. Y siempre por debajo de las posibilidades que su historia e hinchada le han proporcionado y proporcionan.
Si hay un jugador que sintetice ese desequilibrio, que viva entre la genialidad y el fracaso y que haya desaprovechado más sus recursos a lo largo de su carrera… no es otro que Achille Emaná.
Tanto el club como el jugador viven un momento crucial en sus vidas. El primero vive inmerso en la peor crisis económica de su centenaria historia y su futuro aún depende de un tortuoso proceso judicial. El segundo, con 29 años, tiene ante sí la oportunidad de explotar sus grandes cualidades de una vez por todas continuando en el Betis en Primera División o en otro club.
Las bases para que el club comience a parecerse a un club del siglo XXI están puestas, pero la necesidad económica obliga a hacer caja con los principales activos de la entidad. Y el traspaso que más podría reportar a las arcas heliopolitanas es el del anárquico camerunés. Durante esta semana, el Dnipro ucraniano parecía que se iba a hacer con los servicios del jugador, pero finalmente la operación no va a realizarse (de momento). Se hablaba de una oferta de 4 millones de euros que el Betis habría aceptado, ya que a esos millones al contado habría que añadir el ahorro de la alta ficha del africano y la condonación de algún tipo de deuda. Todo ello derivó en un sinfín de críticas al club por tasar tan a la baja a su principal activo y por dejar patente tan a las claras las necesidades acuciantes de la entidad.
El culebrón seguirá durante el verano, habrá que lidiar con el carácter de un jugador de por sí especial y seguramente dolido por como se le pone constantemente en el escaparate y se tendrá que negociar con más tacto ante el futuro interés de cualquier club.
No sé si Emaná continuará en el Betis. Tampoco si su venta supondrá el poder completar una plantilla competitiva para el regreso a la élite. Lo único seguro es que, por una vez, ambos tendrán que alcanzar el equilibrio. Así sea.
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