Capote de San Fermín en El Sadar
Mes y medio antes de que el patrón de Pamplona eche su particular capote a los corredores de los encierros, el santo tuvo que hacer horas extras para evitar una desgracia en el estadio de Osasuna.
Tras lograr Oriol Riera (¿conocían a Braian Rodríguez y a este no?) el primer gol osasunista, la grada enloqueció vislumbrando en el horizonte una salvación que no se produjo. Tanta fue la euforia que una de las vallas no aguantó los empujones de los hinchas navarros y terminó cediendo, cayendo los aficionados al terreno de juego. Por suerte, la caída no fue de gran altura, mitigando esta circunstancia los daños ocasionados a las víctimas. Pero fueron muchos los que cayeron, unos encima de otros, sufriendo, lógicamente, los que quedaron debajo de la montonera. En total, 68 heridos leves, de los que una veintena más o menos tuvieron que acudir al hospital. Solo uno de los afectados permanece ingresado al sufrir una fractura de fémur.
La reacción que tuvieron los servicios médicos, los cuerpos de seguridad y los jugadores fue espectacular. Varios jugadores béticos colaboraron sacando a varios heridos para que fueran atendidos. El propio José María Montiel atendió a uno de los afectados. Especialmente emotiva fue la imagen de N´Diaye llevando en brazos a un niño. Es significativa porque, desde el mediodía del domingo, circula por las redes sociales y por los medios de comunicación en la red, la imagen de una aficionada del Llagostera haciéndole a un futbolista del Racing de Santander el gesto del mono, que contrasta de manera diametral a la del jugador senegalés ayudando a un chaval.
De esta manera accidentada y sumando otra derrota más termina el Betis una temporada para el olvido. Lo que iba a ser un sueño se ha convertido en la peor pesadilla posible. Ojala pronto estemos de vuelta.
Sin más, me despido de ustedes hasta la próxima campaña, si los responsables de la web lo tienen a bien. Perdón a aquellos que mis contracronicas les haya molestado u ofendido. No ha sido esa mi intención. Y por favor, si me insultan, háganlo diciéndome cualquier cosa menos sevillista. Hasta luego.