Crónica: Sevilla FC – Real Betis (0-2) Un regalo a la afición
Olor a derbi en la ciudad de Sevilla, afortunados aquellos que disfrutarían de un espectáculo histórico, la primera vez que los dos equipos sevillanos y centenarios se enfrentaban en una competición europea. Mejor situación la del Sevilla, deportiva y psicológica. Pequeñas esperanzas las del Betis que con su mejoría anímica ha encontrado también la mejora futbolística. Unos acudían como favoritos al partido mientras que los otros buscaban la sorpresa. Al fin y al cabo, esto es fútbol.
La guerra psicológica estuvo en el orden del día toda la semana entre uno y otro equipo. Unos con la confianza de tener experiencia en ganar este tipo de encuentros, por jugar como locales y por haber demostrado ser superiores en la competición doméstica. Otros con la esperanza de cambiar lo visto hasta ahora, de vivir una situación diferente a aquella, de contar con ciertos refuerzos que han ayudado a cambiar su imagen en la liga.
Comenzaba el partido con alguna que otra sorpresa en la alineación Gabriel Humberto Calderón, con la sorprendente inclusión de Caro en el once inicial como lateral derecho y un 4-4-2 que pocas veces había utilizado el técnico argentino. A los diez segundos Bacca se encontraba en un uno contra uno ante Adán, recordando viejos fantasmas de otros derbis no tan lejanos, pero el cambio a mejor en la portería verdiblanca es obvio y el portero bético tapó un tiro cruzado con su pie izquierdo y evitó el primer tanto del partido.
El Sevilla FC buscaba con ahínco meterle ritmo al partido mientras que el Real Betis, con un planteamiento trabajado y estudiado esperaba su momento. Las consignas eran claras. Tapar a Rakitic, fuente de talento y por mucho el jugador de más calidad del equipo nervionense. N’Diaye y Lolo Reyes se fajaban en esa tarea mientras que las principales acometidas verdiblancas las encontramos en un par de conducciones de Leo Baptistao. Cuando el Betis había aguantado el arranque del partido, abandonando otras épocas en la que las primeras acciones del rival se traducían en gol, un centro de Juanfran desde la derecha aterrizaba en la cabeza de Leo Baptistao que en un sublime cabezazo encajó el balón en la escuadra izquierda de Beto.
A partir de ahí, el Betis comenzó a defenderse como gato panza arriba, con Caro haciendo un papel digno en el lateral, aunque perdiendo por momentos mucho la posición y bastante ayudado por Juanfran, unos correctos Perquis y Jordi Figueras y un buen Didac que comienza a parecerse a ese lateral zurdo del RCD Espanyol en el que se fijó el AC Milan. No obstante, la figura en verdiblanco en la primera mitad fue Antonio Adán, que siempre en su sitio, frenó todas las acometidas del Sevilla FC, algunas con paradas de auténtico mérito, como el pie que le sacó a Reyes en otro uno contra uno cuando la grada ya gritaba el gol.
En la segunda mitad, aunque era el Sevilla el que debía buscar el segundo gol y monopolizó la posesión, sus delanteros no encontraron el hueco, cayendo en continuos fuera de juego, con un Betis muy serio, un N’Diaye que se multiplicaba en defensa y en definitiva, unos jugadores más crecidos que demostraron aquello de que «el fútbol es un estado de ánimo».
Y si el Sevilla, que en la segunda mitad jugó con Rakitic más retrasado para solucionar sus problemas en la salida de balón no tuvo ocasiones demasiado claras, amén de un cabezazo de Gameiro que inexplicablemente echó fuera el francés, el Betis tampoco las gozó.
Solo una jugada de Baptistao, que definió asegurando con el interior para marcar a Beto bajo las piernas con el portugués evitando el tanto, y el segundo gol, un gol importantísimo que llegó tras una recuperación de balón de Lolo Reyes. Baptistao recibió en banda, jugó con Salva Sevilla que poco antes había entrado por Rubén Castro, y el almeriense se giró, con la tranquilidad de quien parece que no se juega nada y definió con mucha clase, cruzando ante Beto con el interior de su bota derecha. Emery gastó todas su balas, sacó a Carriço, Marin y Gameiro buscando unas oportunidades que no terminaron de llegar.
Así terminó el Betis, con un esfuerzo enorme en defensa. Un marcador muy favorable para el partido de vuelta y para soñar con pasar la eliminatoria. En una temporada de más sufrimiento del que todos esperábamos, en un día histórico, este partido fue un regalo a la afición.
No se engañen, no es que el Real Betis se comiese al Sevilla FC en su campo, ni siquiera se podía decir que jugó mejor en realidad. Fue un partido muy igualado que demuestra muchas cosas. Demuestra que este Betis no es el de hace un par de meses o el que hemos estado viendo deambular por la liga. Demuestra que el Real Betis ha encontrado un buen portero y que los jugadores no tienen el nivel que hasta hace poco demostraban tener. Demuestra que con Gabriel Humberto Calderón se ha encontrado un entrenador, un entrenador que se equivoca como todos, pero que demuestra el trabajo, con un equipo mejor físicamente, con variantes tácticas y distintos sistemas en función del rival que tenga delante. Ha convertido a un equipo desmoronado en una escuadra capaz de competir con casi cualquiera y hoy nos hizo disfrutar a los béticos.
No es que este Real Betis haya sido muy superior a su rival, es que ha jugado a lo que podía jugar y lo ha hecho tan bien, que el resultado es, como decimos, un regalo a la afición. Hoy se escribirá que el primer derbi sevillano que se jugó en Europa fue ganado por el Real Betis Balompié. Hoy vimos un equipo con el que se puede competir y lo más importante, con el que se puede disfrutar. La afición lo merece, el trabajo del equipo también.

Noticia por Jorge M. González
Apasionado del fútbol internacional y Social Media Manager. Me gusta seguir ligas extranjeras y a las jóvenes promesas de todo el mundo. Sígueme en twitter para compartir afición: @jorgegonex