El consejo rompe relaciones con los administradores (Alfinaldelapalmera)
Se eleva el tono en la batalla institucional que va a decidir el futuro del Betis. A la calma tensa obligada por los tiempos judiciales (el Juzgado de lo Mercantil aún no ha puesto fecha para la junta que solicita PNB y la instructora Alaya lleva tiempo sin pronunciarse) se le ha unido una abrupta reacción del consejo de administración bético contra los administradores judiciales del paquete de Farusa, mayoritario en el club. Ocurre que una reciente llamada desde la entidad a éstos quebró futuras citas para recoger documentación y pintó el duro panorama actual. Mientras, el consejero Manuel Castaño no se privó de dar su discutible opinión y hoy tendrá un nuevo compañero en esa directiva más provisional que nunca, puesto que desde esta tarde habrá más cooptados (provisionales) que fijos (ratificados en una junta de accionistas), según se publica hoy en ABC de Sevilla.
Ocurre que la última vez que los administradores judiciales estuvieron en el club para recabar documentación fue el 16 de septiembre. Entonces se limaron asperezas, pero éstas han renacido. Desde la marcha de José León de la presidencia el puente de contacto entre las partes fue volado y se ha remitido a conversaciones puntuales con el gerente de la entidad, José Antonio González Flores. Ningún consejero estaba disponible. El mismo gerente se disculpó ante los administradores la semana pasada en nombre del flamante presidente, Jaime Rodríguez-Sacristán, señalando lo apretado de su agenda y posponiendo el diálogo para estos días. El miércoles por la mañana tuvieron respuesta: el consejo había dado instrucciones para suspender la reunión prevista hasta que no tome una decisión sobre las últimas declaraciones de Juan Manuel Gómez Porrúa y Rafael Gordillo en las que repasaban los últimos movimientos en la entidad (votación para el cambio de nombre del estadio, reunión entre Oliver y Nuchera, impago a los jugadores, consejo mínimo…). «Ellos han cortado la relación», dijo Gómez Porrúa en Canal Sur Radio.
A partir de ahí se da por roto el diálogo y se espera otra reacción de los consejeros hoy mismo, cuando tienen una cita para reunirse y restituir un número suficiente para tener una directiva en condiciones. ¿Quién será el nuevo miembro? Pues un hombre de la cuerda de Oliver. Según algunas informaciones, Joaquín Díaz ya no es candidato a entrar en el consejo, a pesar de ser accionista del Betis.
Mientras, en el club continuaba esa votación para el cambio de nombre del estadio que supone un ardid para que los citados administradores se vean ante una situación difícil en la junta de accionistas, así como una medida tomada a destiempo y con dudosa legitimidad por parte de un consejo manifiestamente provisional y que cuenta con el apoyo de apenas el tres por ciento del accionariado. Ayer dieron su opinión 1.261 hasta cuantificar un total de 1.994 desde el miércoles, según datos facilitados por la entidad. Hay dudas reales entre los administradores y las plataformas de oposición por cuanto no hay garantías para conocer ni la veracidad del número de votos emitidos ni el sentido de los mismos, dada la desconfianza manifiesta que tienen en lo que pueda ejecutar el consejo actual.
Fue, precisamente, uno de los últimos consejeros originales que quedan, Manuel Castaño, quien le dio voz a la opinión de esta directiva y se alineó sin tapujos al lado de las tesis de Oliver, renegando de tantos años de conformidad con la gestión de Lopera. «Todos los medios y plataformas que están en contra de la gestión del Betis venían proclamando en los últimos tiempos la necesidad imperiosa de quitar el nombre de Manuel Ruiz de Lopera del estadio, y ahora que se toma la decisión por parte del consejo de que hay que cambiarlo, se propugna la abstención. Es increíble», indicó a los medios oficiales del club antes de proseguir en esta línea: «Se ha puesto en marcha un proceso de votación para que participen todos los socios del Betis y esto no se apoya desde los grupos opositores. Parece que lo que querían era cambiar el nombre ellos y no consentir que lo hicieran otros. No conciben que se termine la ciudad deportiva, que se cambie el nombre del estadio y que un equipo que tiene que ascender este año haya costado doce millones de euros menos. Desde el consejo lo que hacemos es promover la paz social y poner al club a la altura de la afición, con el objetivo de situar a la entidad, como se merece, en pleno siglo XXI».
vía El consejo rompe relaciones con los administradores.