El División de Honor, ‘atracado’ en Almería

La décimo octava jornada en el Grupo IV deparaba un enfrentamiento en la parte alta de la tabla, decisivo para las opciones de ambos equipos, Unión Deportiva Almería y Real Betis Balompié, de cara a postemporada. Es decir, Copa de Campeones, competición a la que accede el primer clasificado y campeón de grupo; y Copa del Rey juvenil, a la que acceden el segundo y tercer clasificado.

Los futbolistas de ambos conjuntos, buscando el balón aéreo.

Imagino que conocerán el resultado. El Real Betis Balompié ha caído por un gol a cero en el Campo Deportivo de la Universidad de Almería. El resultado es relevantísimo, porque deja a los de Gustavo casi sin opciones de competición en postemporada. Aun así, lo más reseñable es una denuncia al nivel de los colegiados en categorías tan importantes como División de Honor. El arbitraje, desgraciadamente, en muchas ocasiones, es protagonista interesadamente, cuando el reglamento lo ampara como un complemento controlador de lo realmente importante, el balón y los veintidós futbolistas enfrentados, once para el equipo local y la misma cuantía destinada al visitante.

José Antonio Sánchez Villalobos. Quédense con el nombre. Árbitro principal del encuentro y principal responsable del bochorno vivido por la expedición bética, reducida al séquito de cuerpo técnico, jugadores y algunos padres. Los colegiados, en la máxima categoría juvenil, son designados por la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), lo que aumenta más la gravedad de los hechos, procediendo de uno del organismo futbolístico más importante del país. Tecleando su nombre, aparece un artículo, señalando a Borbalán Fernández, colegiado de Primera División, como su referente principal. Desconozco si será igual de malo o poseerá unos contactos de primera categoría.

No sólo culpo al trencilla, sino a la Federación. No sé si será la tónica habitual, pero desconozco quién tiene la brillante idea de designar a un árbitro, oriundo de El Ejido, municipio almeriense, para arbitrar a la Unión Deportiva Almería, equipo más representativo de la provincia. ¿Se imaginan a un árbitro sevillano, que aún tendría más pase, teniendo en cuenta la dicotomía existente entre Heliópolis y Nervión, arbitrando al Real Betis Balompié o al Sevilla Fútbol Club? ¿Hasta tal extremo llega la incompetencia perpetrada por los organismos futbolísticos?

Sánchez Villalobos expulsó a cinco. Tres, durante el transcurso del partido: Pepelu, Dani Ceballos y Óscar Hernández. Los dos restantes, Braganza, tras ser cambiado y hasta el delegado del Real Betis Balompié. Además, anuló un fuera de juego en clara posición legal. Con el empate a cero en el marcador, claro.

Álex Barrera y Óscar Hernández, dos de los futbolistas denunciantes del robo.

Álex Lázaro, portero suplente en el encuentro, desvela la historia vivida desde el banquillo: “Tres de las cinco expulsiones son un poco injustas, ya que provienen de faltas inimaginables. Además, las de Óscar Hernández y Braganza se producen sólo por decir ‘qué vergüenza’”.  El doble rasero fue increíble, según el meta chipionero: “Además de las expulsiones, ha sido un auténtico descaro sacando tarjetas amarillas y, cuando los verdes hacíamos falta, ni se lo pensaba. En cambio, cuando ellos las hacían más claras, ni les advertía”. No sólo quedó en evidencia el mal criterio arbitral, sino la poca educación ética y personal que debe guardar un colegiado: “Tras la finalización del encuentro, un jugador de los nuestros se acercó a recriminarle que habían viajado durante siete horas y se habían partido el pecho ‘para esto’”, a lo que el trencilla le contestó, acompañado de su trío arbitral, en tono jocoso y riéndose: “Hala, buen viaje”.

Óscar Hernández, uno de los expulsados, también explica con detalle el bochorno: “Cada expulsión venía precedida de un gol expulsado a Pepelu. Al Tanque lo expulsan por un supuesto codazo, que sólo él ve, igual que a Dani Ceballos. Las demás expulsiones vienen por el nerviosismo del encuentro”.

Álex Barrera, sancionado por acumulación de amarillas, expresó su estupefacción por lo sucedido: “Estoy alucinando. Cada vez que vengo a Almería, pasa algo [En alusión al partido contra Los Molinos, donde también hubo polémica arbitral]. Lo de hoy [por el partido de ayer] ha sido de película”.

Saco muchas conclusiones. Primero, qué fácil es arbitrar al Real Betis Balompié. Desde el primer escalafón, el primer equipo, hasta el último, el prebenjamín. Tenemos unos dirigentes que no se parten los dientes por el club y eso supone un pisoteo continuo e incesante hacia la institución. Pasó con José Carlos, con el codazo de Curro en el derbi División de Honor. Ha sucedido en el susodicho partido. Ambas situaciones saldrán inmaculadas e impunes. Segundo, me da vergüenza ajena cuando escucho sacar pecho a José María Villar sobre el nivel de los árbitros españoles, catalogándolos como unas de las mejores escuelas en el mundo. Váyase a paseo.

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Noticia por Antonio Fernández Ocaña

Nací una gélida noche de diciembre del 1993. Desde entonces, tuve claro que quería dedicarme al tan romántico como complicado oficio del periodismo deportivo. Estudio el Grado de Periodismo en la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla. Por aquí, dicen que soy el encargado de la Sección de Cantera.

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