El honesto goleador
Jorge Molina es un jugador admirable. No es un futbolista mediático y resultón, pero es honrado y honesto. Él sabe a la perfección lo que tiene que hacer, y encima, la mayoría de las veces, lo hace bien.
El futbolista de Alcoy ha callado las bocas (la mía también) de quienes le criticaban a principios de Liga. Lleva anotado once goles en esta temporada, y lo hace de una manera silenciosa, sin montar mucho jaleo y sin que nadie le dedique excesivos elogios y alabanzas. Salvo una persona: su entrenador. Pepe Mel ha confiado ciegamente en Molina desde que llegó en verano de 2010 al Betis. En segunda fue una de las piezas claves para el retorno a Primera. Y en las dos temporadas en la máxima categoría, ha seguido anotando goles: seis en la temporada pasada y, de momento, once en la actual.
Jorge Molina, haya por donde ha ido, ha dejado huella con sus goles y sus profesionalidad. Su nombre empezó a sonar a nivel nacional cuando militaba en el Polideportivo Ejido, al lograr un hat trick en una histórica victoria por 5-0 ante el Villarreal de Pellegrini en la Copa del Rey. Con el Elche fue pichichi de Segunda División en la 2009-2010, logrando cinco tantos en los dos partidos que el Elche disputó frente al Betis.
El club de Heliópolis lo fichó para que ayudara al equipo a ascender con sus goles y Molina cumplió a la perfección con esa misión. Y aquí esta desde entonces, demostrando su profesionalidad y su implicación con el Betis.