El Real Betis Balompié y el síndrome del Puer Aeternus
Marie-Louise Von Franz fue una de las discípulas más aventajadas de Carl Jung, uno de los padres de la psicología analítica actual. Ella comenzó una de sus conferencias hablando del síndrome de El Puer Aeternus, que es el nombre de un dios de la antigüedad. Estas palabras proceden de las Metamorfosis de Ovidio y allí se aplican al niño dios de los misterios eleusinos.
El hombre que se identifica con el arquetipo del puer aeternus permanece demasiado tiempo en la psicología adolescente; es decir, todas las características que son normales en un joven de dieciséis o diecisiete años se prolongan en la vida posterior
Es el joven divino que nace de noche en este típico misterio del culto materno de Eleusis, y es un personaje redentor. Es un dios de la vida, la muerte y la resurrección –el dios de la divina juventud. Así, el rótulo puer aeternus significa»joven eterno», pero también lo empleamos para designar cierto tipo de hombre joven que tiene un destacado complejo materno y por tanto una serie de comportamientos característicos. En general, el hombre que se identifica con el arquetipo del puer aeternus permanece demasiado tiempo en la psicología adolescente; es decir, todas las características que son normales en un joven de dieciséis o diecisiete años se prolongan en la vida posterior, acompañadas en muchos casos de una dependencia excesiva de la madre.
En resumidas cuentas, es el hombre que sigue pensando que es un niño, pero para saber realmente todas las características de este tipo de síndrome habría que leerse las más de 400 páginas del libro. Como no quiero marear mucho la perdíz, vamos al grano. Ayer desde la grada del Benito Villamarín, otrora el estado del Manquepierda, del Real Betis Balompié, ví varias cosas insólitas en mis 40, casi 41 años de vida.
Lo primero, un equipo que es capaz de jugar ordenado y al toque en el minuto 90 de una semifinal de copa, ayer durante buena parte del partido parecía un equipo de barrio, ni toque, ni un sólo pase acertado, nada, absolutamente nada ante un equipo de una cierta calidad pero para nada superior al nuestro. Eso desespera a cualquiera y demuestra poca madurez. El Real Betis parecía uno de hace unos años que llego a final de año descendiendo con 25 puntos. Creí que eso ya no lo veríamos más. Pero más insólito fue ver que un entrenador que de inicio ponía a 3 jugadores reventados en estos últimos meses y dejaba fuera a los jóvenes más frescos. Decisiones técnicas un poco insólitas, pero cada uno es un entrenador y es libre de elegir a los que mejores crea, no por eso deja de ser insólito.
Una entidad con cerca de 112 años de historia, y parece que siempre está empezando de nuevo, que es jóven, inexperta.
También ví a un Getafe que parecía que jugaba de local, y ahí fue donde vi lo más insólito que he visto nunca. Vi a muchos del Getafe vestidos de verdiblanco, chillando y aplaudiendo el segundo gol rival, como si estuvieramos descendidos, como si ya no hubiera más posibilidades en la vida de llegar a ningún sitio.
Y aquí empecé a reflexionar si en su conjunto, el Real Betis, afición, equipo técnico, directiva y jugadores no sufren del síndrome del Puer Aeternus. Una entidad con cerca de 112 años de historia, y parece que siempre está empezando de nuevo, que es jóven, inexperta, envalentonada ante los gallitos, pero inoperante cuando toca ser grande de verdad. Inmadura, verde, poco hecha. La verdad es que no tenemos edad para estos trotes.
Por grado de responsabilidad, la directiva y el cuerpo técnico comandado por Serra Ferrer tienen mucha experiencia ya acumulada como para saber que en el fútbol cojos no se llega a mucho. Una cosa es un año de sorpresa, cuando nadie sabe a lo que juegas y otra es no reforzar al equipo en puestos clave cuando te juegas el ser o no ser en tres competiciones. Históricamente Serra podría recordar sus dos primeras temporadas en el Real Betis, un tercer puesto y un octavo cuando se puso la cosa exigente.
El equipo técnico lleva muchos años en esto como para saber que el equipo necesita una columna vertebral fija e indiscutible para aguantar tres competiciones a un nivel aceptable.
Para mí serían más que suficiente para haber acometido el fichaje del delantero que se veía venir como necesario desde Octubre. ¿Aún no tenemos la madurez como para poner las manzanas adecuadas en el cesto que más lo necesita? Sin hablar de los laterales. El equipo técnico lleva muchos años en esto como para saber que el equipo necesita para aguantar tres competiciones a un nivel aceptable una columna vertebral fija e indiscutible. Eso significa, portero, defensa líder, centrocampista referente y delantero potente. Sin delantero de verdad no hay columna vertebral y eso lo nota cualquier equipo, ejemplos nos sobran. Me parece de cierta inmadurez dejar al equipo que estaba hace un mes y poco en una posición privilegiada y a su entrenador a los piés de los caballos sin cubrir puestos de total necesidad.
De la inmadurez de Setien podríamos debatir largo y tendido, a pesar de su coherencia, de entender su lógica y su forma de vivir el fútbol como algo muy elaborado. Podría decir que valoro como extremadamente positiva la filosofía que implementa en este club acostumbrado a patadones y falto de esquisitez en los últimos años. Pero creo que es inmaduro a su edad pensar que ante los resultados cosechados ante el mismo tipo de equipo sólo se pueden encontrar las mismas soluciones. Una cosa es el objetivo final y el espíritu interior de un equipo, que puede ser inamovible, y otra muy distinta es ser tan infantil de pensar que por ello no se pueden hacer variaciones realmente visiblemente contra ciertos equipos. Ayer contra el Getafe, el otro día contra el Valencia, o el partido contra el Rennes se demostró una falta de madurez en las soluciones que ofrece el equipo que ya debería ir proporcionando, no tanto por el tiempo transcurrido, que aún es relativamente poco sino por la cantidad de años y partidos que ha visto este señor, enamorado del fútbol.
Me gustaría preguntarle (a Quique Setién) por sus respuestas en ruedas de prensa, a veces me recuerda a un jovenzuelo enfadado con sus jefes en su primer trabajo.
Sería feliz de poder tener una charla con Quique Setién y que me explique porqué un equipo lleno de jugadores talentosos en el centro del campo pero con un delantero que este año apenas está siendo útil sólo como estorbo, sin claridad, movilidad ni desmarque, sin remate y con muy pocos goles en su haber, tiene tan poco ratio de tiros a puerta desde la frontal del área de jugadores de segunda línea, cuando el año pasado tanto Fabián como Joaquín y Guardado fueron decisivos en esas lides y propiciaron segundas jugadas con disparos y llegadas de tres cuartos a área. Este año, con mejores jugadores buscamos siempre un pase o jugada de banda con lo complicado que sabemos que es con equipos que se cierran.
También me gustaría preguntarle por sus respuestas en ruedas de prensa, a veces me recuerda a un jovenzuelo enfadado con su jefe, aprovechando para ensalzar a cualquier equipo y minusvalorar a los nuestros, quejándose amargamente o soslayadamente de lo que no le ha proporcionado papá. Cuando lo que tiene es mucho más de lo que han tenido otros entrenadores, y al menos 14 equipos de La Liga, o él mismo el año pasado.
De los jugadores me lo espero más, son jóvenes, son millonarios, muchos sin preparación psicológica suficiente y mirados como héroes por la sociedad civil cuando aún no han alcanzado el grado de madurez necesaria para ser héroes. Y es que se nota mucho cuando juega Joaquín o Guardado en su posición lo que significa profesionalidad, entrega y rendimiento. Del resto espero la responsabilidad de representar a cientos de miles de personas en sus ilusiones y esperanzas. Y el problema no es que se equivoquen en un pase, en un disparo a puerta o en una marca, eso le pasa a todos los equipos. Me preocupa más la velocidad con la que bajan los brazos, yo recuerdo a un jovencísimo Rafael Nadal no bajando la cara a cada partido jamás. A estos jugadores les cuesta demasiado reponerse en la mayoría de las ocasiones. Creo que alguien o nosotros estamos fallando de alguna forma al explicarles o entender lo que es el Manquepierda.
El problema no es que se equivoquen en un pase, en un disparo a puerta o en una marca, eso le pasa a todos los equipos. Me preocupa más la velocidad con la que bajan los brazos
Creo que el ego no les permite ver lo que significa realmente jugar en el Real Betis Balompié, y es que nunca se pierde hasta que el arbitro haya pitado el final. Porque los más de 45.000 espectadores que acuden al estadio no se marchan hasta que el partido ha dejado de respirar. Es triste ver las pocas ocasiones en las que el equipo se rehace de verdad tras un gol recibido, mostrando sus capacidades. Ya las han mostrado ante equipos de mucho más nivel, ¿porque nos la niegan contra equipos netamente inferiores¿ ¿Por qué el socio tiene que soportar 45 minutos de equipo minúsculo, apático, sin fuerzas, ante un equipo como el Rennes, cuando con un sólo gol nos clasificabamos? ¿Por qué esta falta de confianza con el primer gol recibido de cualquier equipo? Se puede madurar algo más, y depende de ellos, de su capacidad de aprendizaje para estos 12 partidos que quedan.
Pero los que estamos demostrando una regresión, una falta de madurez y una niñería preocupante, enfermante y que nos puede traer peores males en el futuro cercano somos los aficionados. He defendido a esta afición siempre, soberana, fiel, alegre y viajera como pocas, loca de la cabeza. Pero en su locura ultimamente ha perdido el norte, o al menos cierto sector de la afición. Lo que ayer vivimos en el estadio Benito Villamarín, viendo a miles de aficionados béticos celebrar un segundo gol rival en los primeros 45 minutos, chillando y pitando desde el minuto 10, sólo por frustración, me recuerda a dos tipos de personas.
El primero, a la persona maltratada que empieza de nuevo con un nuevo amor, y carga toda la frustración y dolor anterior con esta nueva pareja sin darle tiempo a demostrar si lo quiere de verdad. Este año debía servir de transición tras una buena temporada, y aún así cuando deberíamos ser más pacientes, a estas alturas y tras un 2019 más bien regular en resultados, siempre nos hemos movido en puestos nobles en todas las competiciones disputadas. No podemos permitirnos, jugándonos un puesto por la champions, hacerle ver a unos jugadores tan jóvenes en su mayoría, que son unos inútiles, sólo porque en los últimos 15 años hayan pasado por este campo más inútiles de los que hayamos podido soportar.
No podemos como aficionados a un deporte y jugándonos un puesto por la Champions hacerle ver a unos jugadores jóvenes que son unos inútiles, sólo porque en los últimos 15 años hayan pasado por este campo más inútiles de los que hayamos podido soportar.
Si no podemos amar incondicionalmente de nuevo, busquemos soluciones entre todos, porque aunque el haber pagado el carnet nos da derecho a quejarnos, pero no nos da derecho a pagar nuestras frustraciones pasadas con unos jugadores que nada tienen que ver ni en calidad ni en rendimiento a lo que hemos visto pasar por aquí. Este nuevo amor merece que sigamos confiando, y ojo, que lo damos todo en muchas ocasiones. No es posible crecer como institución si no tenemos fe en este equipo. Aún y a falta de treinta y seis puntos para terminar la liga estamos a uno de volver a jugar competiciones europeas por segundo año consecutivo.
También me recuerda esta afición al niño que ya se cree muy mayor para sacar pecho ante sus amigos de sus logros, pero que sólo confía cuando las cosas van bien, como los niños mimados de otras aficiones que se dan golpes en el pecho y resulta que abandonan a su equipo en cuanto pintan calvas. Ese tipo de afición tan vulgar en el fútbol que sólo está si el equipo hace un partidazo.
Los jugadores harán su trabajo, pero una afición madura y paciente unida a la pasión que tenemos puede ser imbatible y ayudar a nuestro equipo a ser más grandes.
Cada vez nos frustramos antes, cada vez nos ponemos nerviosos antes, olvidamos que si algo tiene este Real Betis Balompié es que pase lo que pase, hagan lo que hagan desde otros estamentos, nosotros, los aficionados, vamos a sacarlo adelante, porque somos el alma de este equipo, la esencia, lo puro, la fortaleza de este equipo de una ciudad mediana de Europa y que gracias a los cambios económicos y a nuestra fidelidad (espectadores de televisión, interacciones en redes sociales, socios, compradores compulsivos de merchandising) podemos convertirnos en un equipo importante en el mundo. Los jugadores harán su trabajo, pero una afición madura y paciente unida a la pasión que tenemos puede ser imbatible y ayudar a su equipo a ser más grandes.
En definitiva, al Real Betis le falta madurar, dejar de comportarse como jóvenes capaces sólo de lo mejor y de lo peor, y comenzar con una etapa nueva en la que los altibajos sean mucho menores y el equipo esté a la altura de la afición (la que no falla, no la que celebra goles del contrario). Que haga autocrítica, y todos y cada uno de los que formamos el Real Betis, aficionados, directiva, jugadores, empleados trabajemos para mejorar, para ser lo que merecemos ser, lo que ya nos toca.
Crecer y madurar es nuestra única solución. Estamos en el camino, pero da miedo esta rueda de volver siempre a lo mismo. Este año no hemos ganado ningún partido que hubiera supuesto un salto a puestos de Champions. Creo que va siendo hora de dar ese salto. Va siendo hora de que nos definamos como hombres y mujeres, y salir del estado de eterna juventud. La historia está para cambiarla y demostrar que todos juntos somos mucho más que un club simpático. Entre todos debemos darle al Real Betis Balompié sus mayúsculas como equipo maduro.
Noticia por Selu Vega
Bético de nacimiento, vocación y pasión. Desde Manquepierda intento acercarme a cada bético que puebla el mundo. Director del grupo Manquepierda.com. Si tienes alguna sugerencia o queja, conmigo puedes hablar. Vivo en Canarias pero tengo el corazón instalado en Heliópolis.