El Termómetro de Jesusosky
Corren malos tiempos por la zona de Heliópolis, los resultados no acompañan, el juego tampoco, y cuando parece haber espejismos con algunas mejoras, los resultados y la mala suerte siguen topándose en el camino de los béticos.
Es difícil hablar del Betis justo después de otra derrota que hunde un poco más al equipo en la clasificación, como también es difícil reconocer los errores cometidos y visualizar una solución tempranera que acabe con los males deportivos que están acompañando al Betis en esta temporada.
No se trata de cambiar once jugadores por otros once, ni tampoco de fichar en invierno, o esperar a que Rubén regrese y marque dos goles por partido. Se trata devolver a los orígenes, a aquellos que nunca nos fallan cuando el Betis pasa las peores y no tiene a donde agarrarse. Se trata de ser humildes, algo de lo que todos se enorgullecen, pero pocos practican cuando las cosas sí marchan bien.
Pongamos la vista atrás, pongamos que hablamos de un técnico que llega en una situación en la que el Betis no tiene ni jefe ni dueño, pongamos que hablamos de un equipo obligado y presionado a subir a Primera, para no tender a la desaparición. Ahora revisemos en nuestra mente ese equipo y ese entrenador. Pepe Mel, Nacho, Jorge Molina y Rubén Castro, esos son los supervivientes.
Ese Betis no solo acabó ascendiendo, acabó arrasando por la Segunda, y al siguiente año se paseó con más gloria que pena por la Primera. El derbi del Pizjuán, laprimera victoria en Granada , la vuelta al Bernabeu , al Camp Nou, y otras muchas tardes de fútbol que se vivieron con una alegría que se oponían a esos llantos vividos en el Villamarín en un partido ante el Valladolid con muchas «estrellitas» que vestían de verde. Sacrificio desde lo más bajo y sin hacer ruido..
El Betis llegó ahí por su humildad, el Betis llegó a Europa el siguiente año por su humildad, esa que nos faltó cuando pisamos nuevamente el Pizjuán, creyendo que nos comeríamos el mundo, cuando lo que realmente nos comimos fue otra cosa….
El refranero español tiene muy buenas citas en las que agarrarnos para este tipo de situaciones, pero en este caso hay una que lo escenifica a la perfección . «No olvides nunca de donde venimos, y hacia dónde vamos». La humildad nos llevó a la cima, y ahora es esa misma humildad la que debe sacarnos del pozo.
Estoy Contigo Jesús, pero aparte de humildad había otras cosas que yo echo de menos en este Betis. El carácter, el mordiente de la defensa y la frescura del mediocampo( que daba pases imposibles para que un abuelo, como decían muchos, que es Rubén Castro las metiera al fondo de la red).
No me gusta ver noticias en las que salen nuestros jugadores encarados los unos con los otros, echándose huevos y verlos luego llegar al campo y andar como quien anda por el parque.
No sé cual es la tecla que debe tocar Pepe Mel en este nuevo y desastroso Betis, pero tiene mi admiración y mi total apoyo y estoy seguro que dentro de poco veremos otra vez a ese Betis humilde, peleón e incansable, ese que mimaba y cuidaba del esférico como ningún otro equipo, ese que nos llenaba de alegría las tardes de futbol.
Y en cuanto a los radicales del Betis, no se consigue nada asaltando un entrenamiento(salvo que los jugadores pierdan la concentración ) ni hacer pintadas (salvo hacerle gasto a nuestro club para limpiarlas ). Se hace en el campo, llegando afónico a casa de gritar y animar a nuestro equipo y siendo el 12 del campo.
Viva el Bétis y Viva los Béticos.
No puedo estar más de acuerdo Ángel. Ni una coma le cambiaba.