El Villamarín tiene que ser un fortín
Durante el verano, las aguas del Betis han bajado con una extraña tranquilidad. Las habituales críticas por parte de la prensa permanecían en un estado de letargo que, como por arte de magia, ha despertado tras el desastroso partido de debut liguero frente al FC Barcelona.
Los últimos días del mercado de fichajes están suponiendo una mina para buscar resquicios en la estructura bética, y ese ruido de fondo nos hace perder la perspectiva de lo verdaderamente importante: ganar puntos. Todos los béticos tenemos nuestras preferencias entre los jugadores de la plantilla, y todos reforzaríamos alguna posición, lo único cierto es que, llegará el 1 de septiembre y tendremos el equipo que tendremos. Ese equipo, mejor o peor, será el que tenga que sacar puntos, y eso es lo verdaderamente importante.
Las dos últimas temporadas del Betis en primera nos ha llenado a los béticos de una moral quebradiza, por un mal juego y sobre todo, y ahí está la clave, por un nefasto rendimiento en nuestro campo. En la desastrosa temporada 2013-14, el Betis solo ganó en su campo 18 de 57 puntos posibles (31,7%), perdiendo la friolera de 11 partidos. Pero es que la temporada pasada, que el Betis terminó en décimo puesto, obtuvo 24 puntos (42%), a base de 6 victorias y 6 empates. Solamente ganamos un partido más en casa que la temporada del descenso que se ganaron 5, pero gracias a más empates, y a unos buenos resultados fuera de casa, se maquilló el resultado final. No hemos conseguido ganar ni el 50% de los puntos en nuestro estadio, y eso es sinónimo de desánimo y mala temporada.
¿Adónde quiero ir a parar? Señores, pase lo que pase hasta el 1 de septiembre, el Betis comienza a jugarse la vida el próximo viernes ante el Dépor. En las dos últimas temporadas del Betis en Primera solo ha ganado 11 de 38 partidos (29%) en nuestro templo. Esa, y no otra, es la clave: primero, para conseguir una buena clasificación, y después, para que la afición esté contenta porque vea ganar a su equipo en su casa.
Tenemos que parar esa sangría de puntos del Villamarín, tenemos que terminar con la sensación que tienen todos los equipos que venir al campo del Betis es casi sinónimo de puntuar. Eso es lo importante, como diría el gran Luís Aragonés, «ganar, ganar y volver a ganar». Lo demás pasará a un segundo plano si se gana en casa; si no, los buitres olerán alimento.