Estampas Verdiblancas: Hoy, Gordillo
Esta semana en Manquepierda nos ha dado por rememorar los cromos de aquellos que antaño vistieron de verdiblanco y a su manera, desde el traje y la corbata, siguen defendiendo esos colores. Hoy, nos toca hablar de una LEYENDA del Real Betis. Pongámonos serios, llega Rafael Gordillo.

Este cromo de Gordillo de la temporada 81/82 es de los pocos que rompe con la estética habitual del carrilero del Betis. ¿Medias arriba?
Si ha habido un futbolista que más pasiones haya levantado en Heliópolis ese ha sido Rafael Gordillo (Almendralejo, 1957). Con permiso de Luis del Sol o Esnaola, Gordillo representó todo aquello que invitaba a los chiquillos andaluces a salir a la calle detrás de un balón. Un futbolista de cuna humilde que alcanzó la élite del fútbol con el Real Madrid y que jamás se cansó de correr.
Como solía pasar con el paralelismo futbolista-cromo, la estampa de Gordillo fue muy codiciada en sus primeras ediciones. No en vano, el fútbol de Gordillo parecía no tener límites. Con las temporadas, su cromo fue perdiendo valor aunque siempre tuvo un status especial en las plazas de intercambio.
El ‘Vendaval del Polígono’ partía desde el lateral izquierdo, pero hacía las veces de carrilero e incluso extremo gracias a su entrega, velocidad y técnica de una pierna izquierda que valía al menos su peso en oro. Pierna que, dicho sea de paso, se hizo famosísima por pasar de temporada en temporada totalmente desprotegida de las patadas de los rivales. Medias abajo, cuando, por aquel entonces, era una temeridad a todas luces.

Gordillo se hizo más que imprescindible para el Betis ya en la época de este como, de la temporada 83/84
Otro gesto muy de Gordillo, era la forma de correr. A los pocos minutos de partido daba la sensación de encontrarse extenuado. Pero nada más lejos de la realidad, porque sus cambios de ritmo dejaban a público y rivales pasmados.
Pero volvamos al cromo. ‘Fichar’ a Gordillo para el álbum siempre costaba un crack, fuera ‘repe’ o no. Algunos hablan de trueques como Gordillo-Alexanco (temporada 81/82); Chendo (Último Fichaje)-Gordillo (83/84) o Kempes (Valencia)-Gordillo (84/85).
Tras 10 veranos de las más variopintas posturas, el cromo de Gordillo perdió el verde del verdiblanco por 150 millones de pesetas en 1985. ¡Un capital! El equivalente de entonces a comprarse al menos 25 Mercedes de la gama más alta. La consecuencia en el cromo os la podéis imaginar: Gordillo pasaba a costar un riñón en los trueques de los recreos. Eso si se encontraba, claro.
Para entonces, Gordillo llevaba 7 años como internacional y formar parte de la ‘Quinta del Buitre’ (con Martín Vázquez, Hierro o Camacho, entre otros) le hizo optar varias veces al Balón de Oro. Algo que nunca consiguió.
Pero aún quedaba Gordillo y Betis para rato. Tras ganar 10 títulos en Madrid, vuelve a Sevilla, comanda el regreso de los verdiblancos a Primera en 1993 y le deja como tercer mejor equipo de España en 1995. El Benito Villamarín le dijo ‘hasta luego’ el 20 de junio, en un choque contra el Real Madrid que terminó en tablas (2-2). Cerró su etapa de corto como jugador del Écija.

A Gordillo no le sentaba tan bien el verdiblanco como el blanco a secas, como demuestra esta estampa de la temporada 91/92
Aquí acaba la historia del futbolista y arranca la de su compromiso con un escudo. Una lucha que le llegó a enfrentar al ‘todopoderoso’ Manuel Ruiz de Lopera por el bien del Betis. Así fue y sigue siendo Gordillo. Para los niños de 35 años, un jugador aún más cotizado de lo que jamás llegó a ser su homólogo de las estampas. El héroe con las medias caídas.
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Noticia por Miguel Rolle
Periodista Manque la crisis. En busca de la piedra filosofal que me muestre cómo vivir de mi sueño. Hasta entonces, trabajo y esfuerzo son mis lemas, que ya habrá tiempo para dormir cuando el tiempo se acabe.