Estampas Verdiblancas: Hoy, Nadj
La polémica en torno a la ‘Ley Bosman’ a comienzos de los años noventa liberalizó el mercado de fichajes dentro de la creciente Comunidad Económica Europea y eso abrió las puertas a un hervidero de grandes y prometedores jugadores de Europa del Este. Uno de ellos fue Nadj, uno de los primeros ‘chicos para todo’ en el Betis de Serra Ferrer.
Albert Nadj (Zemun, Yugoslavia) no fue un futbolista que quedara en la memoria del aficionado verdiblanco por los éxitos que trajo a Heliópolis. Fue más bien por su entrega. El antes jugador yugoslavo llegó al Betis en una operación fraguada en la Calle Jabugo y culminada con un montante de 659 millones de las antiguas: Casi 4 millones de euros.

El objetivo del fichaje de Nadj era dar descanso y libertad a la labor de Cañas. Foto: Todocoleccion.net
Conseguir su cromo siempre fue interesante. No era cotizado, ni mucho menos, pero en Sevilla se le apreció desde el mismo momento en que apareció como ‘Coloca de Cañas’, en la temporada 96/97 de Colecciones Este. Algo que apuntaba a las intenciones de su fichaje.
Partiendo como lo que ahora denominaríamos centrocampista de corte defensivo, Nadj despuntó en el Partizán de Belgrado, entre el 1992 y el 1996. Allí, destacó por su coraje y entrega y pasó a ser un pilar fundamental en la medular. Nadj no era un portento técnico ni táctico. Pero su pundonor en el terreno de juego le convirtió en “Nadj, corazón de León”.
Quizá sea el motivo de que siga despertando tanto cariño por Heliópolis. Nadj llegó al Betis como el recambio de un Cañas algo curtido en las batallas de la media. Además, y dado su perfil, este yugoslavo de 22 primaveras daba libertad al de Rota para echarse arriba.

No era excelente, ni técnica y cualitativamente, pero Nadj transmitía algo que enamoraba: Garra. Foto: Todocoleccion.net
El cromo de Nadj apareció en tres ediciones: la 96/97, la 97/98 y la 98/99. No obstante, el de carne y hueso pronto cambió Sevilla por Oviedo. A su paso por Heliópolis dejó una huella imborrable pero en la idea que tenía Lopera de su Betis de 24 kilates, Nadj no encajaba. Sus números: 56 partidos y un gol. Para Colecciones Este siguió presente hasta 2002.
Fue en el reino de Pelayo donde explotó su mejor fútbol. Por aquel entonces, el Oviedo contaba con Onopko, Iván Ania, Dely Valdés, Dubovsky, César y un sinfín de jugadores con una gran calidad técnica.
Quizá la continuidad le sirvió para dar a conocer esa faceta tan poco explotada en el fútbol de entonces que Nadj atesoraba: el todocampismo. Nadj podía servir de centrocampista creativo, de corte, jugar en la banda derecha y de interior izquierdo. Todo ello dando un rendimiento más que digno.
De mi colección de cromos se despidió en 2001, aunque siguió otro año más en España antes de volver a Europa del Este. Nadj se retiró en el modesto Cukaricki serbio en 2009. A sus espaldas quedaba el regreso al Partizán y su estancia en el Rostov ruso. Todo un ejemplo de pundonor y casta que algunas veces, recuerda a los ‘bemoles’ de Iriney sobre el césped.

En la temporada 97/98, Nadj fue cedido al Oviedo, donde impresionó hasta el punto de asumir su fichaje. Foto: Todocoleccion.net
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Noticia por Miguel Rolle
Periodista Manque la crisis. En busca de la piedra filosofal que me muestre cómo vivir de mi sueño. Hasta entonces, trabajo y esfuerzo son mis lemas, que ya habrá tiempo para dormir cuando el tiempo se acabe.