Secuencias – Éxtasis… y vuelta a la realidad
Del sueño a la realidad hay tan sólo un paso. Esa fue la sensación del Benito Villamarín, que vio disipada de un plumazo la alegría instaurada durante los primeros cuarenta y cinco minutos, cuando todo marchaba como si del mejor guión se tratase. Doblete de Rubén Castro para comenzar un partido controlado por los verdiblancos, donde cada uno de los jugadores sobre el tapete del feudo heliopolitano mostró su mejor versión tanto en defensa como en ataque.
Las dudas pasaban a un segundo plano y el Rayo se convirtió en un mero muñeco de trapo en manos de Musonda, Joaquín, Rubén Castro y Jorge Molina. La línea de ataque dio un recital de fútbol y las internadas en el área madrileña fueron constantes. Reapareció el delantero alcoyano, sin duda la mejor pareja de baile de un Rubén Castro que recuperó su mejor cara al lado del “tanque”.
Charly “bailó” al son del mejor Dani Ceballos, mientras que Joaquín le siguió, mostrando una buena versión tras salir de su lesión.
Pero esto es el Betis y en Heliópolis la palabra “tranquilidad” no existe. Cinco minutos fueron suficientes para que, una vez comenzada la segunda mitad, los 35.000 fieles seguidores verdiblancos volvieran a la realidad. Paco Jémez
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sabía perfectamente lo que su equipo tenía que hacer, y este no le falló. Salió Manucho al terreno de juego y se fue como la “bestia”. Dos goles para empatar un encuentro que se complicaba en exceso ya que, durante esos minutos, los madrileños pudieron marcar alguno más.
Golpe duro. Por la borda todo el trabajo de la semana y los fantasmas reaparecían en el Villamarín. Pese a ello, los verdiblancos mostraron casta y no tiraron la toalla. Se intentó de todas las formas posibles y las ocasiones fueron continuas aunque, finalmente, el balón ya no volvería a entrar en la meta madrileña.
El Betis volvió a perder una oportunidad de oro para alejar el descenso pero, al menos, mostró la intensidad y actitud que se le ha venido achacando en numerosos encuentros. Debe seguir luchando…