Hoy, un único protagonista: el Real Betis Balompié
Hoy, el aficionado verdiblanco pone rumbo al Benito Villamarín. Con una sonrisa en su gesto, olvida todo lo que rodea al club. En Heliópolis, por sus cuatro costados, sólo se respirará fútbol al caer la noche. No importa la pretemporada, no importan renovaciones, no importa la llegada del portuense. Hoy, el Betis y sus trece barras están por encima de todo.
Todo pasa a un segundo plano. Las sensaciones que ha dejado el equipo en verano no sirven de excusa. Una vez que el balón ruede, protegido por más de 40.000 almas que poblaran las gradas del feudo heliopolitano, sabremos que deparará el año del retorno a la categoría reina del fútbol español.
Un calendario difícil no debe servir más que para motivar a una plantilla donde hay mimbres suficientes para ofrecer espectáculo a una afición que ansía goles, alegrías y buen fútbol. El sorteo, caprichoso, ha querido que los verdiblancos se enfrenten a cuatro huesos en las primeras jornadas de competición. El Villarreal será el primero. Llega Soldado, Samu Castillejo, Bruno y compañía, Llega un equipo sólido, ejemplo de cómo hacer las cosas bien en la Liga BBVA. Los de Marcelino García Toral serán los encargados de poner a prueba el primer once que pondrá en liza Pepe Mel.
Una vez que Vicandi Garrido pite el inicio del encuentro, lo que los verdiblancos hagan en cada uno de los noventa minutos de partido marcará el devenir del club. Ya no importa quién esté o no sobre el césped. Lo que de verdad importa es que los once hombres que partan de inicio hoy ante el «submarino amarillo» defiendan la verdiblanca, defiendan a un club centenario con ganas de seguir creciendo para borrar años tormentosos.
El Real Betis Balompié será el encargado de cerrar la jornada dominical. A lomos de su afición y con la mente fría, olvida su pasado para comenzar una temporada que, en un mar de preguntas sin resolver, comienza con la máxima ilusión. En cinco horas, el Betis vuelve a Primera División.