La contracrónica de Pablo Caballero: «Manicomio Villamarín»
La temporada del Betis es de locos. Se ha puesto líder, se ha llevado tres meses sin ganar, no está salvado aún pero está más cerca de Europa que de Segunda. De locos. Y lo de este partido, de ingreso en un psiquiátrico.
Todo ha sido una locura. De locos es que el Atlético no haya sentenciado el partido a tiempo. De locos es el fallo de Godín y el de Rubén Castro en la misma jugada. De locos es el error de Fabricio al sacar con las manos. De locos es meter dos goles en tres minutos. Y de locos es perder los dos puntos que te daban la salvación en la última jugada. Y esto sólo en un partido, pero es que este año ha habido más casos de locura.
Locura es ir ganando tranquilamente 4-1 y pasar en un suspiro a una 4-3 para pedir la hora frente al Zaragoza. Locura es ir perdiendo 0-2, empatar el partido y perderlo en el minuto 93 con un gol desde el centro del campo. Locura es llegar al 90 perdiendo frente al Valencia y lograr dos goles en el descuento. Locura y poca vergüenza fue lo del árbitro frente al Real Madrid. Y habrá más, porque a locos nos ganan muy pocos o nadie.
Lo que es menester es que el miércoles dejemos la locura aparcada y afrontemos el derbi con sensatez y cordura. Y no sólo en el césped, también se ha de demostrar en las gradas. Ya habrá tiempo de locuras si, como todos deseamos, a eso de las diez de la noche del 2 de mayo, estamos contentos.