El mensaje de Quique Setién
Llevaba muchos años esperando un entrenador que dotara al Betis de una personalidad, de una manera de juego reconocible, que compitiera con todos los equipos, y que retornara al Betis a su sitio en el fútbol español, un equipo que jugara bien al fútbol y que pudiera ganar a cualquiera en cualquier sitio. Cuando se fichó a Setién pensé que podía ser él. Admiré su juego, un futbolista excelente, y me pareció que la propuesta que hizo con el Lugo y Las Palmas era interesante, me ilusionaba la opción.
El Betis no tuvo una pretemporada fantástica ni un buen primer partida de liga contra el Barcelona, pero ya a partir del segundo partido en casa con el Celta se vio el Betis de Setién, un equipo a muerte con su sistema, apostando por el balón y por el ataque. El equipo y el entrenador, pese a las dudas y críticas de parte de la afición y de la prensa, se consolidó e ilusionó, pero llegó el partido de manicomio que fue el Valencia y desde ahí el equipo se vino abajo hasta llegar a los vergonzosos partidos del Eibar, Cádiz en copa y Las Palmas. El equipo parecía otro y Setién seguía intentando transmitir su manera de entender el fútbol. En ese momento, yo renegué de Setién, no de su fútbol, pero sí de su capacidad de controlar el vestuario. Creo que ni él ni la afición entendió que pasó, pero Haro y Serra tuvieron paciencia y el equipo se levantó, y sin perder su sello ha vuelto a recuperar parte de sus prestaciones.
El fútbol son resultados, es verdad, pero también es personalidad y sentimientos, y al Betis de Setién le sobran las dos cosas. El Betis de Setién es reconocible por su juego y esos maravillosos goles que ha marcado con toques infinitos y de sentimientos… que voy a decir de sentimientos. ¿Cuánto tiempo hacía que el bético no podía sacar pecho con su equipo por juego y resultados?
Pero pese a todo esto que cuento y entiendo que haya a aficionados que no le gusté el sistema innegociable de Setién, lo que me tiene el corazón ganado de Setién es su mensaje y la credibilidad que transmite. Es un hombre de fútbol que no habla con latiguillos aprendidos, habla lo que siente y lo que quiere y se le ve que está integrado en el sentimiento que es el Betis. Lo vive, se emociona y cree en la grandeza del Betis, eso es lo que me llega. Se le nota buena persona, y eso no es baladí, y además ha enchufado al emblema del beticismo: Joaquín.
Es probable que el Betis pierda este domingo ante el único equipo que no ha perdido en la liga y que además tiene al mejor jugador de la historia del mundo, incluso es posible que perdamos con más goles de la cuenta, pero Setién no se esconde, pide que veamos el encuentro y dice que va a ser valiente y que va a por el partido. Eso es lo que yo quiero para mi equipo, confianza, credibilidad, y gusto por el fútbol. Setién entiende qué es el Betis, un gigante dormido que ha nacido para no dejar indiferente a nadie, para no perder la cara nunca y para dejar su sello, y además el cree que podemos ganar, pues no seré yo quien le lleve la contraria. En un mundo como el fútbol actual que los entrenadores no se mojan, no dicen nada, o dicen mensajes aprendidos vacíos y sin sustancia, yo quiero un Setién en mi equipo.