Mis mujeres béticas
Gran victoria del Betis en un partido en el que fue muy superior al Getafe. El encuentro estuvo dedicado a la mujer bética y bien que se notó en las gradas del Villamarín. La presencia femenina era palpable y notoria.
Permítanme que, desde esta contracrónica, recuerde a las mujeres béticas que más me importan. Es de recibo empezar por mi madre, bética acérrima y pasional. Son de ésas que te llaman cuando el Betis le gana al Madrid tras perder 5-1 en Nervión para recordarte que nosotros les ganamos a los equipos importantes y perdemos con equipos que no valen para nada. También tengo que ser justo y agradecerle a mi vecina Mercedes las veces que ella me llevó al Villamarín cuando yo era un niño. La alegría que sentía cuando aparecía por mi casa y le preguntaba a mis padres si podía llevarme al Betis es un recuerdo maravilloso de mi infancia. A mi prima Laura, capaz de convencer a los Reyes Magos para que me regalaran una camiseta verdiblanca. A mi mujer, que aunque decía que era de otro equipo que no pienso nombrar, vio la luz y escogió el camino correcto tras acompañarme a Heliópolis para ver un Betis-Valencia en 2003. Y por supuesto, a mis dos hijas. Alba, que nació días antes del último ascenso y que ya lleva, a su manera, grabado a fuego el lema del manquepierda. Dice ella que el Betis es muy malo, pero que hay que ser del Betis. Y a Violeta, que nació el 5 de marzo y que ha tardado tres días en vivir su primera victoria como bética.
Viva el Betis maquepierda y vivan la mujeres béticas.