Ni el ídolo se salva esta temporada
La temporada acaba y, con ella, el descenso del Betis a la división de plata. Era algo que se podía prever allá por el mes de diciembre, cuando el equipo verdiblanco ocupaba la última posición de la tabla clasificatoria y la dirección deportiva decidió destituir al entrenador madrileño Pepe Mel tras tres años y medio en Heliópolis. El equipo no daba signos de mejora con el nuevo técnico, Juan Carlos Garrido, que solo permaneció un mes al frente del conjunto bético, y la llegada de Calderón solo hizo creer en la permanencia a ratos.
Tras un tramo final de temporada contado por derrotas, bastante duras la remontada del eterno rival en Europa y el derbi liguero en el Villamarín, donde el equipo quedó bastante tocado anímicamente, el sábado, antes de saltar al césped para enfrentarse a la Real Sociedad, el equipo de Calderón ya sabía que le tocaría sufrir de nuevo un descenso a Segunda División, tan solo tres años después de su vuelta a la máxima competición.
No hay excusas. El descenso no se puede achacar a las injusticias arbitrales, tampoco a las muchas lesiones durante la temporada. El Betis está en Segunda División, a falta de tres jornadas para el final de la temporada, en gran parte por el rendimiento de todos y cada uno de sus futbolistas, que no han ofrecido el nivel que se esperaba de ellos.
Son pocos los que la parroquia verdiblanca salva en esta penosa campaña, como se demostró el sábado cuando cada uno de los jugadores iban saliendo en el video-marcador. Pero llama especialmente la atención los pitos al que hace escasos meses era el auténtico ídolo verdiblanco: Rubén Castro. Es cierto que la temporada para el canario no ha sido fácil, ya que una extraña lesión le impidió hacer la pretemporada con el conjunto bético y le mantuvo bastante tiempo fuera de los terrenos de juego pero, a pesar de esto, al delantero no se le ha visto con el desparpajo y la velocidad que le caracteriza en casi ningún momento esta campaña, a pesar de no ser de los peores del equipo de Calderón, ya que hasta ahora es el máximo goleador del Betis con nueve dianas. Además, el jugador ha sido salpicado por muchos temas extradeportivos que pueden que lo hayan desconcentrado en demasía.
Cuando las cosas van mal, y más con un descenso, poco se puede salvar en un equipo, incluso el jugador que ha dado al equipo tres campañas maravillosas, celebrando goles casi sin querer, siendo uno de los principales artífices de la vuelta a Primera División y de la clasificación para la Uefa Europa League, además de convertirse en uno de los goleadores históricos del conjunto verdiblanco.
La afición verdiblanca ya ha hablado, veremos en las próximas semanas como afecta esto al delantero canario, ya que es un jugador con un muy buen cartel en España, aunque siempre ha demostrado un gran interés en permanecer en Heliópolis muchos años.