No hay dos tipos de beticismo
Lo siento, pero me niego a convivir con la idea que hay dos tipos de aficionados, exigentes y no exigentes, setienistas y no setienistas, loperistas y no loperistas, lo siento, desde mi concepto solo debe y tiene que haber un tipo de afición, la que quiere lo mejor para el equipo. Parece simple, pero en los tiempos que corren no lo es.
Desde que tengo uso de razón futbolístico, hablo de los tiempos gloriosos de Esnaola, Cardeñosa y Biosca, los campeones de Copa, siempre, y digo siempre, ha habido debates acerca de si un entrenador ha gustado más o menos, si un futbolista tenía más o menos sangre, o si algún jugador parecía que salía a jugar con las botas de los pies cambiadas de lo mal que centraba. Siempre ha sido y será así, pero en general, la afición se unía con un bien común, el equipo. No, no voy a entrar en el debate estéril de cuando hay que pitar a un equipo, pero si voy a entrar en algo que está por encima de todo y se llama beticismo, educación y humanidad. No puedo llamar bético o bética a ninguna persona que desee que un futbolista nuestro, y además de la cantera, tarde de recuperarse de una lesión para que no juegue, no puedo llamar bético a aquellos que aplauden un gol de equipo contrario, no puedo llamar bético a quien desee que pierda nuestro equipo para ver si echan al entrenador, y no puedo llamar bético a quien en la presentación de un nuevo jugador nuestro se cachondea de él, sin jugar directamente.
No quiero entrar en debates futbolísticos, pero este me parece mucho más importante, porque es un debate de esencia, de beticismo, de manquepierda. Todos los béticos de bien queremos que nuestro equipo gane siempre, y si no es con nuestro jugador favorito, pues será con el que menos me guste, pero que gane, y respetando a los que defienden nuestros colores con profesionalidad, otra cosa es que no lo hicieran. No podemos permitir que esta vorágine de aficionados, muchos de nuevo cuño, manchen nuestra esencia, lo siento, no existen dos tipos de beticismo, los que no siguen estas costumbres no escritas, pero si transmitidas, para mi no son béticos.
Para acabar, un consejo, que me lo intentaré aplicar a mi mismo, lo mejor para no crear división es no llamar a los que no piensen como nosotros setienistas, exigentes o cualquier cosa, primero porque crea bandos, y segundo porque directamente te posiciones sin querer en el bando contrario, y yo solo quiero estar en el verdadero, ser bético.