Pero no hacían falta un central y un lateral
Terminó hace nueve días el mercado invernal y el Betis fichó a un portero, un centrocampista defensivo y un delantero. Los tres hacían falta, pero se olvidaron de dos puestos que traen por la calle de la amargura al bético: un central y un lateral.
El Valencia devolvió al Betis a la triste realidad que se había diluido tras la victoria ante le Espanyol. La debilidad defensiva de este equipo es inaudita. Los verdiblancos se desangran en defensa y no han sido capaces los que mandan de reforzar esa zona. Calderón pareció dar con la tecla ante los periquitos: defensa de tres centrales con dos carrileros. Así, el lateral está más protegido defensivamente por las ayudas que le hace el central de su costado y, éste, también tiene las espaldas cubiertas por el líbero. Funcionó ante el equipo catalán y, lo que funciona, no debe tocarse. Sin embargo, Calderón se decidió por una defensa de cuatro frente al Valencia y el recital de despropósitos defensivos fue antológico. Sobresalió en el partido de esta jornada Amaya. El madrileño completó un encuentro deplorable, perdiendo la marca y regalando la espalda en tres de los cinco goles.
Creo que después de este partido, el entrenador bético, tendrá clara cuál es la manera de jugar que debe tener el Betis: lo más arropado que se pueda en defensa y esperar a que arriba acierten. Para intentar jugar como frente al Valencia necesita defensas de verdad, no a Didac, Figueras, Amaya y compañía.