Por un derbi sin incidentes: ahora es nuestro turno
Pasaron las luces y los ecos del Camp Nou, y los béticos nos levantamos con una sonrisa en esta mañana de Lunes, llegamos a casa, al trabajo, a la escuela o la universidad, allá donde nos dirijamos y todo futbolero te reconoce el buen partido que se pudo ver, allí está nuestro hermano, primo, compañero o jefe que como eterno rival nos recuerdan que sí pero perdimos, o agudiza el ingenio para hacer la gracia que corresponde a la guasa sevillana por antonomasia, más aún si cabe cuando tan cerca está el día grande y que como el Guadalquivir va de una orilla a otra de la ciudad que lo encauza.
Que me perdonen los Taurinos, los Feriantes o los apasionados a la Semana Santa el posible sacrilegio, pero como amante del deporte, para mí es el día grande de la ciudad, un día que no deja indiferente a nadie, hasta al que no le gusta el fútbol que inevitablemente es abducido por la corriente de opinión, tertulia que se suscita en cualquier rincón o acaba siendo partícipe del chascarrillo del compañero que acaba soltando en un silencio indiscreto que provoca la risa generalizada y el suspiro del que lo sufre.
Nada despierta más pasiones y sentimientos encontrados que el Derbi, todo un espectáculo que tendrá repercusión mediática a nivel nacional e internacional, y si no llegan los medios ya llegará algún bético, que a mí son los que me ocupan, para contarlo, que para esto sí que no entendemos de nacionalidades ni empadronamientos, ya se sabe por aquello de: “ más allá de la frontera siempre habrá alguien que grite viva el Betis Manquepierda” […]
Por todo esto, hoy mi primera reflexión ha sido recordar, recordaros a todos si me lo permitís que esto que nos da la vida esta semana, que nos tiene inquietos y con ganas de que la semana vuele, es DEPORTE, que después de tanto tiempo pidiendo un equipo que nos represente, no ya que esté a la altura de la afición porque es harto complicado, sino del que nos sintamos orgullosos, lo tenemos por entrega, por sacrificio e ilusión de la cantera, por un entrenador que es uno de los nuestros , por tantas cosas que nos hacen ilusionarnos en la dura travesía que nos queda y en la que hay tanto que mejorar aún….ahora nos toca a nosotros.
Demostremos que el espectáculo está en el verde, pero no le va a la zaga la grada, enarbolemos banderas y bufandas, que se nos oiga más que a nadie apiñados como balas de cañón, seamos agudos e incluso incisivos en los mensajes de apoyo, demos nuestro aliento y salgamos vencedores en todas las facetas, pero que nadie ni nada nos confunda, que no nos hagan creer que la gran convocatoria es coartada para la violencia, el desprecio o el vandalismo, aislemos, señalemos y reprobemos a los que se empeñen en quitarnos este regalo que llevamos tanto tiempo esperando atendiendo a no sé qué interés, no dejemos que provoquen situaciones incomprensibles entre amigos, hermanos y familia en definitiva, todo ello por una día de fiesta sin incidentes.
El partido se acabará el sábado en torno a las doce de la noche, pero el más importante, el de la vida lo jugamos día a día y para casi todos, en nuestro equipo hay un intocable que siente los colores rivales, a los que queremos incondicionalmente, y al que más allá de sufrir cuando toca, defenderíamos a capa y espada por todo ello: Larga vida a la dualidad sevillana deportivamente hablando, muchos años de partidos de máxima rivalidad y liga particular que será bueno para la ciudad y la fiesta que suscita, pero sobre todo como sevillano y bético que soy, que gane el Betis hasta en los entrenamientos y podamos comentarlo con una cerveza o refresco vencedores y vencidos, ya que a fin de cuentas, el tercer tiempo es otro de los encantos del deporte rey, que en el sur siempre hemos elevado a su máxima expresión y hay que fomentar.
¡¡Mucho Betis y nos vemos el sábado en Heliópolis!!