Rubi, el desconectado
Ayer, tan sólo tres días después de que media ciudad, la nuestra, tuviera que reconocer con amarga honestidad una superioridad que no debió nunca existir, de la otra mitad de la ciudad, Rubi, el hasta hoy técnico del Real Betis Balompié, declaraba tan pancho como ajeno a la autocrítica que “El jugador que se desconecte, jugará en otra temporada, pero conmigo jugarán los que estén conectados“. Quizás sea de perogrullo recordárselo, pero querido Rubi, es él, nuestro entrenador el que más desconectado está de esta institución. Quizás en otros clubes le dijeron que lo importante es trabajar muy duro para conseguir resultados. Quizás nadie le haya dicho que en el Betis hay un duende, un espíritu colectivo que requiere además de corazón y alma. Y si de algo adolece esta temporada el Real Betis es de corazón y alma.
El Real Betis Balompié no es sólo un equipo profesional de fútbol, esa parte ya la tenemos día sí y día también, con los comunicados de los increíbles avances del club, como mostrar con bombo y platillo el uso de las nuevas tecnologías. Creo que no hay ningún aficionado que no esté orgulloso del crecimiento alrededor de la pelotita. Como empresa vamos bien. Pero en lo que concierne al punto número uno de importancia para los aficionados, la gestión y los resultados no están siendo ni mucho menos los deseados. Con más de 50.000 socios, una gestión económica saneada y con la importancia histórica del club, deambular por la zona media de la tabla es una falta de respeto hacia la afición. Podría pasar un año, de esos de transición, la afición así lo ha permitido, pero son demasiados ya, algo falta sin duda.
La directiva también tiene que hacer autocrítica severa en la parte deportiva, pero eso da para otro artículo y confío en la honestidad y entrega de los dirigentes. En la ciudad del Betis, ser un genio empresarial depende mucho más de la familia en la que hayas nacido, de los oscuros secretos que sepas de la gente que está más arriba y de la imagen, que del talento o el esfuerzo, aún así considero que como gestores económicos tanto Haro como Catalán lo están haciendo muy bien. Sin embargo, la gestión deportiva, quizás por esa obsesión de mantener el status quo del ego sevillano, está lejos de ser lo que queremos como afición. De cara al aficionado pareciera que actúan de forma indolente, con palabras medidas y actos inexistentes. Nos falta que la directiva actúe con ambición y determinación, como hicieron con Serra pero quitando a los malos, no a los buenos.
El fútbol es para los que tienen hambre, no para los saciados.
Y es que actualmente, el problema del Real Betis, como lo fue el año pasado, es la desconexión del entrenador con la afición. El que maneja la nave verdiblanca no entiende de beticismo, no entiende de alma, no entiende de espíritu verdiblanco. No entiende el manque pierda. Actúa como un autómata, cree que el fútbol son sólo resultados, quizás crea que el Betis es otro trampolín. Como si fuera sólo un recuerdo pasajero, un billete de tren sin vuelta. Durante casi treinta partidos de liga, el aficionado ha tenido que vivir con miedo al descenso un equipo confeccionado para estar en Europa. Creo que a Rubi le hace falta una entrevista con diez o quince de los socios más antiguos. También le vendría muy bien, leer a diario nuestra página de historia. Que sepa lo que hemos pasado y que sepa donde tenemos que estar sí o sí.
Dice Rubi que jamás había estado en un equipo al que le pitaran penaltis tan fácilmente y de forma arbitraria, valga la redundancia. Creo que no conoce la historia reciente de este club, si el mister estuviera conectado en cuerpo y alma con el Real Betis debería saber que esto no es nuevo, y que va a pasar muchas más veces por desgracia. Pero eso, por muy cierto que sea, no frenó a técnicos como Serra Ferrer o Juande Ramos para conseguir los objetivos propuestos. Los que realmente tenían el veneno de la victoria entre ceja y ceja, encontraron la forma de superar ese eterno handicap.
Tras casi una temporada completa en el Real Betis, adolece el ex técnico del Español de la ambición y rabia que se presupone al manque pierda, no lo digo yo, que no soy experto en nada, lo dicen los números. No se puede llegar a uno de los clubes más emocionantes del mundo, donde el aficionado entiende mejor una derrota de casta que una victoria deshonrosa y pretender jugar un derbi a verlas venir, con la intensidad de un entrenamiento y un planteamiento de sumisión. Un entrenador conectado al manque pierda habría puesto canteranos en el once inicial. Un líder que bebe del alma de este club y con cinco cambios disponibles, sabría que Joaquín era titular por castigo, aunque sólo aguantara una parte. Si Rubi, al que no le pongo en duda el trabajo y las ganas, estuviera conectado al Real Betis, no podría dormir tras perder dos derbis, el equipo no diría una y otra vez, tras las ignominiosas derrotas de este año, frases tipo «aún queda tiempo», «tenemos que revertir la situación», «no nos salen las cosas». Sino que la voz de un entrenador conectado se hubiera escuchado más allá de Heliópolis, ya hubiera dicho algo así como «con estos o con otros, pero el Real Betis sale adelante». Sin embargo, una vez más, este entrenador no está conectado.
Decía Michael Jordan en el documental «El último baile» que tiene una responsabilidad con todos sus seguidores. Decía que si alguien pierde 3 horas de su vida para verlo jugar, no podía permitirse flaquear en entrega y ambición. Así se forman los equipos ganadores, 6 anillos de la NBA es suficiente aval. Y si Rubi piensa lo mismo, desde luego no lo demuestra en el campo. Tardar 70 minutos en disparar entre los tres palos al eterno rival, no es un indicador muy alto de ambición, creo yo.
Esta afición está cansada de excusas y lamentos sin acción. Esta afición está hastiada de medianías, de entrenadores que vienen a Sevilla a ver engordar sus carteras y buscando hacer un «buen papel». Esta afición quiere un equipo que luche cada partido por ser campeón, campeón del partido, campeón de entrega, campeón de ambición, campeón de lucha. Los resultados llegarán así, porque plantilla hay y sabemos que cuando el equipo da amor, el equipo recibe amor. Sí Rubi quiere una carrera plácida en el fútbol, que se vaya a otro equipo donde se conformen con hacer un buen tramo de campeonato, ese será su sitio. Si quiere estar aquí, tendrá que conectarse desde hoy, porque si no conecta hoy, mañana puede ser ya triste historia y entender, que él sólo está de paso, pero que aquí con alma, puede ser eterno. Otra cosa es que esté pensando en el finiquito y si sigue desconectado del Betis, no sólo le quedará poco tiempo aquí, sino que además será olvidado.
Y el Betis seguirá, con estos dirigentes, entrenadores, cuerpo técnico, o con otros. Porque su gente nunca abandona.
Noticia por Selu Vega
Bético de nacimiento, vocación y pasión. Desde Manquepierda intento acercarme a cada bético que puebla el mundo. Director del grupo Manquepierda.com. Si tienes alguna sugerencia o queja, conmigo puedes hablar. Vivo en Canarias pero tengo el corazón instalado en Heliópolis.