Setién necesitará apoyo, y algo más…
Ya es oficial el nuevo entrenador del Betis, y no es otro que Quique Setién. El cántabro ha firmado por tres temporadas, y como no podía ser de otra manera, ya existen voces que ponen en duda la capacidad del nuevo míster verdiblanco.
Durante la temporada recién finalizada, las redes se llenaban de béticos pidiendo un proyecto serio en el banquillo, y no experimentos, y de los nombres más recurrentes había tres: Setién, Marcelino y Juande. Dejando a Setién para el final, Marcelino acaba de fichar por el Valencia, parece un valor seguro, pero también lo parecía cuando fichó hace unas temporadas para el Sevilla y no duró ni una vuelta. El caso de Juande es parecido. Tiene un cartel de entrenador contrastado, pero entre sus muchas luces también tiene sus sombras, y para muestra un botón, el Málaga esta temporada no fue precisamente un techado de virtudes y eso, y algunos temas extradeportivos, le obligaron a dejar el banquillo. El nuevo entrenador del Betis causó sensación por el juego desplegado por Las Palmas las dos últimas temporadas, viniéndose abajo el equipo coincidiendo con sus desavenencias con la directiva en el momento que decidió no continuar. ¿Cuál es la conclusión? Un buen entrenador no es certeza de nada, pero al menos ayuda, y Setién es un entrenador que sabe a qué juega, tiene un sello de juego que casa mucho con el fútbol que históricamente ha caracterizado al Betis de juego con balón, y además es un hombre con experiencia en el fútbol.
Setién necesita un trípode, apoyo de la directiva, y eso se traduce en proporcionar los jugadores adecuados para su idea de equipo, apoyo de los jugadores, trabajando y respetando las decisiones del entrenador aunque a veces les toque banquillo, y finalmente apoyo de los aficionados. No podemos estar cargándonos al entrenador antes de empezar la pretemporada, y no podemos exigirle nada cuando aun ni sabemos con qué jugadores contará. Fichajes del tipo Zozuliya ó Brian Rodríguez invalidan a cualquiera. A priori es un acierto el fichaje del cántabro por su seriedad, por su modelo de juego definido, practicado con todos sus equipos independientemente de sus jugadores y por su experiencia.
Si a su perfil le añadimos fichajes acertados, apoyo de todas las partes implicadas y una pizca de suerte, tendremos entrenador para al menos tres temporadas, si falla alguno de esos ingredientes, fracasará y no necesariamente será culpa de él, que cada uno ponga de su parte.