Tenemos los mimbres, por Alonso de la Prida
Dice el refrán que la escasez agudiza el ingenio, que cuando se pasan momentos de carencias o penurias, el ser humano, para contrarrestar esta vacío suele apelar a su creatividad y a sus escasos recursos para encontrar soluciones válidas a sus problemas.
Algo así, traspasado el ejemplo al fútbol y a la cantera, es lo que le ha sucedido al Real Betis Balompié tras consumar descalabros deportivos si echamos la vista atrás de aquí a unos 20 años vista. Parece que tras un descenso o una debacle del primer equipo, a los técnicos verdiblancos les ha dado por echar el ojo en la ciudad deportiva de los Bermejales y parece que siempre han encontrado una respuesta más que satisfactoria para solucionar el problema que se trataban, devolver el equipo a la élite.
En primer lugar, la memoria nos lleva al ascenso del 94, en el campo burgalés del Plantío. Este año, el equipo subió a primera con jugadores como Cañas, Cuéllar, Ureña, Márquez o Roberto Ríos. Algunos de ellos llegaron a ser internacionales y se pagaron grandes sumas de dinero por sus traspasos, casos de Roberto Ríos o Cuéllar.
Posteriormente llegó el ascenso del año 2001, con una camada capitaneada por Joaquín Sánchez con los Capi, Varela, Arzu, Melli o posteriormente Dani. Todos ellos fueron internacionales ya fuesen en categorías inferiores o con la selección absoluta, y la mayoría fueron participas de los éxitos más recientes de nuestro querido club (clasificación para Champions League y título de Copa del Rey). Si además, analizamos conjuntamente y a posteriori las trayectorias de estos equipos, son conjuntos que ya en Primera lograron alcanzar clasificaciones europeas, y cuya base seguían siendo estos futbolistas canteranos.
En estos tiempos en los que los halagos comienzan y no paran hacia la filosofía desarrollada por el Barcelona, iniciada desde los escalafones inferiores y materializada en el primer equipo, en el seno del Betis debe hacerse examen de conciencia de porqué siempre que se ha vivido una situación difícil la cantera ha respondido y de por qué no han tenido continuidad esa explosión de jugadores de la casa.
La pregunta que más de una aficionada se hará es ¿Hay que vivir una situación deportiva mala para dar la alternativa a los canteranos? Del Betis se fueron sin pena ni gloria gente como Diego Tristán, Pinto o más recientemente jugadores como Álvaro Cejudo (Osasuna) y Manu Gavilán. Cada uno con sus circunstancias y causas, pero estos futbolistas son la punta de iceberg de una serie de jugadores desaprovechados en su momento por parte del Real Betis para poder ser futbolistas válidos del primer equipo. Nadie sabe cuál hubiera sido el devenir del club de haber confiado en ellos.
Actualmente disfrutamos de futbolistas en el primer plantel como Beñat, Ezequiel, Israel, Cañas, Isidoro y la reciente baja de Miki Roqué. De nuevo, como aquellos años, el equipo se encuentra ubicado en puestos de ascenso y con claras opciones de subir a primera. Parece que la historia se repite…
Esperemos que esta vez los nuevos dirigentes verdiblancos hayan aprendido la lección de que no sólo debe ser rentable acudir a la cantera en tiempos de escasez. La nueva ciudad deportiva de los Bermejales debe haber sido el primer paso.