Tensión y fortuna antes del derbi
El Betis pasa a los octavos de final de la Copa del Rey tras el 3-3 conseguido en el Molinón. El Sporting, que hizo un buen partido, a punto estuvo de poner en peligro la eliminatoria que había quedado encaminada con el 2-0 del Benito Villamarín. La suerte y la efectividad salvaron a los verdiblancos de un partido que dejó patentes algunas carencias de cara al derbi.
El partido en el Molinón empezaba con fuerza para los verdiblancos. Van der Vaart hacía un buen disparo con la pierna izquierda en el primer minuto del encuentro, aunque el holandés no tuvo fortuna y se encontró con el guardameta sportinguista. Poco iba a pasar en los primeros minutos del encuentro en el que el Betis se encontraba cómodo y donde el Sporting, que tenía el deber de remontar el 2-0 de la ida, no terminaba de encontrar la manera de hacerle daño a los visitantes.
Los de Gijón iban ganando progresivamente en posesión y superioridad frente a los de Pepe Mel. Pasado el 10’, Pezzella tuvo que despejar de cabeza un centro que llegaba desde la banda izquierda del Sporting que no conseguía sorprender a los hispalenses. Un peligro que sí tuvo la jugada que le siguió y que supondría el primer gol del partido, un tanto obra de Bernardo, que remataba de cabeza tras un saque de esquina y que intentaba sacar Van Wolfswinkel ya desde dentro de la portería. Con el 1-0, los asturianos se metían en el partido y comenzaban a mandar sobre el terreno de juego.
Cuando mejor estaba el Sporting, Van der Vaart se marcaba una extraordinaria jugada y lograba con éxito un pase interior a Wolfswinkel, al que dejaba sólo y no fallaba ante Alberto, subiendo el 1-1 al marcador y obligando a los locales a tener que hacer hasta tres goles más.
A pesar del jarro de agua fría que suponía el tanto bético para los de Gijón, el Sporting no parecía tocado y se mostraba cómodo en el campo. Dani Giménez tuvo que intervenir en una jugada de Alex Menéndez que a punto estuvo de convertirse en la del 2-1. Los asturianos conseguían mantenerse firmes en cuanto al ánimo se refiere a pesar de lo difícil que parecía la remontada.
Pasada ya la media hora, los verdiblancos lo intentaban de nuevo, aunque habían perdido la capacidad de sorprender a la contra y se encontraban con la defensa del Sporting. Los locales habían adelantado la línea de presión y recuperaban la pelota, aunque los centrales verdiblancos contestaban bien a la agresividad mostrada por los del Molinón.
Se acercaba el final de la primera mitad y el encuentro se había convertido en una ida y venida constante. Vadillo hacía una buena jugada dentro del área sportinguista, aunque el esférico era despejado por la defensa local que protagonizaba una contra muy peligrosa que a punto estuvo de terminar en gol en propia puerta por parte de Molinero y que evitaba el guardameta del conjunto andaluz.
El Betis defendía bien por dentro, los de Mel estaban jugando muy cerrados y el mayor peligro de los rivales llegaban por las bandas. Eso sí, los rojiblancos seguían intentándolo en repetidas ocasiones, aunque el marcador no se movería de nuevo en los primeros 45 minutos y los equipos se irían con el empate al descanso.
Comenzaba la segunda parte. El Sporting protagonizaba el primero de los cambios y también la intensidad en los primeros minutos. Y es que los locales hacían el 2-1 gracias a un extraordinario disparo lejano de Halilovic que rebasó al portero visitante y que acercaba a los asturianos a la remontada que ahora se situaba a dos tantos.
La fuerza del Sporting, que no dejaba de intentarlo en ataque y que jugaba con un 4-1-4-1, contagiaba a los verdiblancos, que salían rápido a la contra creando peligro. En una de ellas a punto estuvo de hacer el empate a dos Wolfswinkel, pero el balón se encontraba con el larguero.
Los ataques del Betis no conseguían parar a un Sporting que se volcaba arriba y que obligaba a los verdiblancos a trabajar fuerte en defensa. Además, las contras de los sevillanos perdían fuerza por la poca efectividad en los pases y por la buena presión ejercida por los de Gijón. Los de Mel dejaban demasiados espacios y los locales se aprovechaban de sus debilidades y los problemas para defender que cada vez eran mayores.
La intensidad del Sporting, que no dejaban de intentarlo una y otra vez, desencadenaba en un penalti que el árbitro señalaba al considerar que N’Diaye había tocado el balón con las manos. El Sporting tenían la posibilidad de ponerse a tan sólo un tanto de la remontada y no falló. Halolivic ponía el 3-1 en el marcador y los rojiblancos tenían 20 minutos para hacer otro tanto y pasar a la siguiente fase de la Copa del Rey.
El encuentro requería un gran trabajo físico en ambos equipos, el Betis seguía defendiendo, pero también lo intentaba por mediación de Portillo y de N’Diaye. Halilovic había revolucionado el partido y manejaba los tiempos casi a su antojo y el Betis, a pesar de sus intentos, no era capaz de encontrarse cómodo en el campo.
Cuando peor estaba el partido para los de La Palmera, Van Wolfswinkel, tras un buen centro de Varela, remataba de cabeza y conseguía batir a Alberto haciendo el 3-2 y poniendo la eliminatoria casi imposible para el Sporting a poco más de cinco minutos para el final. Aunque no sería el último tanto del partido, pues Cejudo haría el 3-3 rozando el 90’, tras superar en un mano a mano al guardameta del Sporting.
Con el empate a tres, el partido concluiría y le daría el pase a la siguiente fase de la Copa a los verdiblancos. Un encuentro que dejó mucho que desear en el trabajo defensivo bético y que tuvo una recompensa mayor de lo que el equipo merecía. Los del Villamarín ya piensan en al choque del sábado ante el eterno rival.
Sporting: Alberto, Guitián (Mascarell 67’), Luis Hernández, Bernardo, Isma, Álex Barrera (Carlos Castro 60’), Nacho Cases (Halilovic 46’), Pablo Pérez, Richard, Alex Menéndez y Guerrero
Betis: Dani Giménez, Molinero, Pezzella, Jordi Figueras, Varela, Xavi Torres (Dani Ceballos 85’), N’Diaye, Vadillo (Cejudo 66’), Portillo, Van der Vaart (Fabián 59’) y Van Wolfswinkel