Tras la calma viene la tempestad
Tras el parón de selecciones y el de Semana Santa llega el lunes de Pascua y claro, partido del Betis. Todo se ha alineado para que un triunfo bético nos aúpe a la sexta plaza a un solo punto del Villarreal, quinto clasificado. El Betis lleva semanas que ha cogido una buena línea, independientemente que gane, empate o pierda, y eso produce muchos nervios, tantos, que se nota que hay muchas espadas esperando un error para cortar cabezas.
De hecho algunos no se han esperado al partido del Getafe para, literalmente, meter mierda. Han salido dos debates, lo injusto del trato de Rubén Castro, y la operación de Adán, al parecer, en respuesta a no ser renovado.
Vamos a ver, a los béticos solo nos tiene que importar nuestro equipo y donde terminemos clasificados, de lo demás no tiene que afectarnos nada. Pese a ello, daré mi opinión de los dos temas. Rubén Castro es un mito del Betis, y como tal, merece todo el respeto del mundo. Si quiere renovar diez años, que lo haga, si quiere ser entrenador del Betis, que lo haga, si se quiere ir, que lo haga, pero entiendo que Setién pone a los que cree mejor, y eso es lo que tenemos que exigirle. Decir que duele que se lleve en una convocatoria a Camarasa y no a Rubén demuestra poco conocimiento futbolístico, ya que uno es centrocampista y otro es delantero. Si el Betis va a jugar con un solo punta, en este caso parece que Loren, es normal si lleva ya a Sergio León que no se lleva a otro punta nato en la convocatoria, fin de la polémica.
El tema Adán también tiene su guasa. Adán no me parece un mal portero, pero creo que el Betis le ha servido para revalorizarse cuando muchos ni sabíamos donde jugaba tras ser una marioneta de Mourinho para cargarse a Casillas. Dicho esto, pues si necesita operarse para estar a tope en el principio de la temporada, me parece bien que lo haga. Lo único que no me parece bien es que se «juegue» con la opción que se opera porque no se le renueva. El Betis tiene derecho a renovar o no a quien quiera, como él tiene derecho a operarse si lo necesita, ni unos ni otros deben jugar con la salud, ni tienen que utilizar el tema a manera de chantaje. Adán no es Rubén, ha cumplido, pero no es un portero que por sus números haya que tenerlo en un pedestal.
Centrémonos en el Getafe, y pensemos que si ganamos seremos la envidia de muchos, y si perdemos seremos la diana del odio de los mismos para tapar sus carencias. Tranquilidad, tanto si ganamos como si perdemos.