Un minuto, para que más
Cuando Vadillo saltó al césped del Villamarín, la sombra de la duda sobre su rendimiento en el primer equipo tras la lesión nos tapaba a todos. El de Puerto Real tardó un minuto en disipar sombras y dudas.
La cogió junto a Pepe Mel, pegadita a la banda, pegadita a la cal, como le gusta a los extremos. Trazó una diagonal encarando a dos rivales, de los que se fue sin dificultad. Cuando le salió a su paso el tercer rival, se la dio a Rubén Castro para que el canario se la devolviera de primera. El gol estaba hecho y se falló. Vadillo volvió a controlar la pelota y se la puso a su compañero para que éste batiera al portero vallisoletano, remontando la eliminatoria.
A cinco minutos del final, el gaditano volvió a recibir en el mismo sitio de antes. Esta vez tenía más espacios, y no desaprovechó la ocasión para volver a desbordar a su marcador y realizar el pase de la muerte. No llegó a ningún compañero, pero un defensa rival se sumó a la fiesta y logró el tercer gol bético.
La vuelta de Vadillo es una magnífica noticia para el Betis. El joven extremo vuelve a gozar de una oportunidad de oro para hacerse un hueco en el primer plantel verdiblanco. Ojala que todo lo que apunta se convierta en realidad. De momento, frente al Valladolid, demostró que le basta un minuto de inspiración para formar un lío.