Vaya, vaya, aquí si hay playa
Sevilla no tiene playa…o sí. Que no se enfaden los gaditanos y onubenses que no voy a caer en el absurdo comentario de que la playa de los sevillanos es tal o cual, porque no es así. La playa de Sevilla está en el Villamarín.
Para ser justos y honestos, lo primero que hay que decir es que el Betis no se ha visto privado de la victoria por el hecho de que la el césped tenga más arena la alfombra de Lawrence de Arabia. Sería descabellado esgrimir ese argumento porque, hace solo cuatro días, en el mismo terreno de juego, el conjunto que adiestra Pepe Mel le dio un repaso de mírame y no me toques al Valencia. Parece que el conjunto de Mestalla le está cogiendo el gustillo a los meneos. Tendrá que despertar el domingo, digo yo.
Pero volviendo al tema de la arena y para ser igualmente justos y honestos, hay que denuncia que el estado del césped del Villamarín es calamitoso. Vale que aquí la calor del verano hace mucha mella en la hierba, pero se podrían afanar un poco más los jardineros del Betis para que el estado del césped se parezca más a un terreno donde se juega al fútbol en Primera División y en la Europa League, que a la típica pachanga playera de Matalascañas. Trabajo tienen por delante y tiempo poco, ya que el domingo vuelve haber partido en Heliópolis y una semana después también, ya que hay jornada intersemanal. Manos a la obra pues.
No es de recibo que un equipo que quiere jugar de la manera que lo hace el Betis tenga que hacerlo en un césped así. Y ya no solo por el juego, sino porque una hierba así es peligrosa para los jugadores, ya que tienen más riesgo de sufrir lesiones. Y con la suerte que tenemos en ese sentido, mejor no tentarla.