Víctor Sánchez del Amo retrató a Poyet
Primer partido de Víctor Sánchez del Amo y primera victoria. No, no hemos ganado nada, no es garantía que todo sea de color de rosa, ni siquiera que vayamos a hacer una buena temporada, pero es evidente que hacía mucho tiempo que el Betis no ganaba con holgura, sin padecimientos y para colmo con goles de estrategia.
El partido frente a Las Palmas es una evidencia de lo importante que es hacer bien las cosas simples desde el banquillo. Si tienes un lateral derecho como Piccini que sube bien, pero atrás deja más agujeros que el queso de Gruyere, pues coloco otro central para tapar huecos. Si en el centro del campo juego con centrocampistas que se quedan entre crear y destruir, como Felipe o Jonas, pues meto a otro pivote defensivo puro como Donk y a un eminentemente ofensivo como Ceballos, junto a Petros. Si mi portero no tiene buen juego de píes en largo, procuro jugar en corto, y así tantas cosas…
No fue un partido increíble, ni mucho menos, pero se hicieron bien las cosas básicas, como mover el balón con sentido, defender ordenados, presionar todos a una, en resumen, consignas de entrenador. En solo 4 días el entrenador madrileño le lavó la cara al equipo, y quedó patente en las manifestaciones de algunos jugadores que ahora si creen en el grupo. Como muestra un botón:
Impresionante el trabajo del equipo… Este es el camino 👏🏻💪🏻😀 pic.twitter.com/N9bojm9n57
— Joaquín Sánchez (@joaquinarte) November 18, 2016
En otra cosa que el nuevo entrenador dejó en evidencia es en poner de titular a Ceballos. Sin ser un partidazo el del canterano, fue el jugador que dio salida al juego ofensivo, junto al eterno Joaquín. No solo eso, sino que se dejó la piel corriendo y recuperando balones. Es el jugador de más calidad en el medio campo del Betis y Poyet no supo sacarle provecho. Otro jugador defenestrado por Poyet y que ayer se marcó un partidazo fue Donk. Enorme en la contención, ayudó en el equilibrio a Petros y Ceballos. Ese jugador también lo tenía Poyet…
Quería dedicarle unas líneas a Joaquín. Lo del capitán es para reconocérselo, corre como el que más, se ofrece para descongestionar, saca las faltas, los saques de esquina, se ilusiona como un alevín, y aún habrá desagradecidos que le llamen pesetero…
En resumen, Víctor Sánchez del Amo evidenció que un entrenador sirve para algo, que ayuda a mejorar a los jugadores y a que los jugadores crean en un proyecto. Por cierto, señor Poyet, la afición ayer se entregó a tope y aplaudió con locura, necesitaba muy poquito para ilusionarse, ese poquito que usted no nos dio.