Alexis, de Manuel Fernández de Córdoba.

El 30 de junio de 2000 finalizó el contrato que unía a Alexis Trujillo con el Real Betis Balompié. Después de 7 temporadas y 274 partidos oficiales con la verdiblanca el centrocampista canario se despedía de Heliópolis.
No fue fácil la salida de Alexis del Betis. Su intención era seguir, pero el sorprendente descenso del equipo en la temporada 1999-2000 jugó en su contra, ya que era el único futbolista de los 30 que tenía el Betis en nómina que cumplía contrato. A punto de cumplir los 35 la secretaría técnica dirigida por Faruk Hadzibegic y el entrenador Fernando Vázquez determinaron su no renovación.
Alexis siguió jugando al fútbol 4 años más con el equipo canario de la Universidad de Las Palmas hasta 2004. A la temporada siguiente ya volvió al Betis como segundo de Lorenzo Serra Ferrer.
Este artículo de Manuel Fernández de Córdoba, publicado a comienzos de junio en ABC, se centraba en la despedida de Alexis, marcada por el paso inexorable del tiempo.
Fue el motor del Betis un puñado de temporadas; por él pasaba todo el fútbol verdiblanco y de él nacía todo el fútbol que hacía el Betis de Serra Ferrer y hasta lo poco que de buen fútbol siguió haciendo el Betis que ya no era de Serra Ferrer.
Pero todo tiene su fin y ya se sabe que el fútbol impone sus fronteras cuando los treinta y pocos van subiendo por el almanaque y cargando las botas, no digamos se si alcanza ya el ecuador de la treintena—edad para empezar en muchísimos trabajos y para termina en el de futbolista—y todo es diferente, salvo excepciones excepcionales que consiguen ampliar esas lindes y aguantar un poco más. Tampoco mucho.
Es ley de vida que tiene sabor de despedida. No ha nacido todavía quien sea capaz de parar el tiempo, y sí han nacido muchos que no se dan cuenta de que ese tiempo pasa, incluso muchísimo más ligero de lo que se podía pensar cuando sólo se tenían veintipocos años y no digamos cuando se dobla la curva de los cuarenta.
No es fácil admitirlo ni digerirlo ni creerlo. Siempre cree todo futbolista que puede seguir. Es muy duro, durísimo, decir adiós a lo que se ha venido haciendo durante tantos y tantos años, pero es inevitable el hacerlo y no querer agarrarse a clavos ardiendo de sinsabores por cómo sean, o dejen de ser, las despedidas cuando éstas, además, se han estado anunciando desde la yerba, en los últimos tramos y siempre, en este caso concreto de Alexis, se han respetado por una mayoría de béticos que vivían del recuerdo de su misma historia. Alexis ha sido. Ya no es. Y en la última campaña, tampoco era.