¡Aúpa, Betis¡, de Emilio Vara
En mayo de 1954 el Betis abandona la Tercera División tras 7 años y asciende a Segunda. La alegría desborda a la ciudad de Sevilla y la afición se manifiesta jubilosa por el éxito, tras tantos años de sufrimiento.
Durante ese verano, cargado de ilusiones, el Beticismo sigue con expectación e interés las noticias que desde el club se van produciendo; los fichajes que refuerzan la plantilla, la renovación del Estadio de Heliópolis, que amplía su capacidad por primera vez desde su construcción, el inicio de los entrenamientos y los diversos amistosos que se disputan (Valverde, Constantina, El Puerto, etc), el partido de presentación en Heliópolis que sirve como homenaje al Míster, a ese entrenador irlandés que llevó al club a lo máximo…
Cuando llega el 12 de septiembre el Betis se dispone a debutar en el campeonato liguero en casa, frente a un viejo conocido, como es el Jerez Deportivo.
Desde las páginas del diario vespertino Sevilla el periodista Emilio Vara escribe este artículo que se publica en la tarde del día anterior, el sábado 11 de septiembre. En él, Emilio Vara se congratula por la temporada realizada la campaña anterior, pero deja muy claro que el objetivo final aún está por conseguir, y que no puede ser otro que el retorno a la División de Honor.
Tendrían que transcurrir aún 4 años antes de conseguirlo.
Sí, ¡Aupa Betis¡, como el año pasado por esta misma fecha. Hay que seguir dando ese grito, hay que continuar animando al equipo, porque el Betis no ha llegado todavía a la meta. Su ascenso a Segunda División no es más que un paso hacia adelante, pero no el gran triunfo. La gran victoria del Betis llegará cuando el club vuelva a la División de Honor, que es donde tiene que estar, donde tiene su sitio.
Dijimos la temporada pasada la víspera del primer partido de Liga que los directivos verdiblancos, apoyados por la mejor afición de España, no habían regateado esfuerzos ni sacrificios para conseguir un cuadro de jugadores que fueron capaces de sacar al equipo del pozo de la Tercera División. Y que a partir del primer encuentro eran esos jugadores los que tenían que responder en el campo a la confianza de todos y recoger allí, para el club, el fruto del trabajo y de los muchos desvelos de una Directiva y una afición que luchaban con todas sus fuerzas por el ascenso.
Pues bien, esos jugadores que el año pasado vistieron por primera vez la camiseta histórica del Betis, y que en su mayoría siguen perteneciendo al club, supieron responder a la hora de la verdad de una forma tan ejemplar, que haciendo gala de una dignidad profesional intachable, y demostrando, además, un gran cariño por los colores verdiblancos, lucharon cada tarde con tanto entusiasmo y tanto afán por vencer, que alcanzaron una victoria extraordinaria, forjada en el transcurso de una campaña brillantísima que marcó un récord en la historia del fútbol español. Los jugadores que el año pasado defendieron la camiseta del Betis y levantaron sobre sus hombros al club llevándolo así por la puerta grande de entrada a la Segunda División, supieron ver eso: auténticos jugadores del Real Betis Balompié. Jugadores como aquellos que se proclamaron campeones de Liga en 1935. Jugadores de corazón.
Este año se ha reforzado el equipo. Han venido valores nuevos y de estos que acaban de llegar también se espera mucho. Se espera que sean capaces, en unión de los antiguos, de conseguir el otro ascenso, el definitivo. Que tengan también corazón para dar el pecho todas las tardes como se hizo el año pasado, y en unión de los ”viejos”, de los veteranos, lleven al Betis a Primera División.
Y nosotros hoy, esta tarde, cuando faltan sólo unas horas para el comienzo de la nueva temporada, repetimos lo que dijimos la vez anterior: Que una Directiva entusiasta y curtida en la lucha no ha regateado nada para traer lo mejor, dentro de sus posibilidades, y que tanto esta Directiva, como la gran afición que la respalda, una afición que los jugadores antiguos pueden decir a los nuevos cómo apoya, cómo anima y cómo sigue al Betis, esperan y confían que el nuevo equipo del Betis responda también este año en el terreno de juego a los sacrificios que supuso formarlo.
En el ánimo de todos está la ilusión por una victoria que sabemos que es difícil de conseguir, muy difícil, pero no imposible.
Que la suerte no nos vuelva la espalda, ¡y a luchar¡. A luchar desde mañana por un ascenso que bien merece cualquier esfuerzo para alcanzarlo.
¡Aupa Betis¡