Banquete homenaje al Betis 1935 (I)
Como finalización de la brillante temporada 1934-35 tras jugar un amistoso en Oporto del que ya hablamos aquí, el 10 de julio de 1935 se celebró un banquete de homenaje al equipo verdiblanco.
Días antes de su celebración la prensa sevillana da detalles del acto a celebrar, informando a los simpatizantes la posibilidad de inscribirse en la secretaría del club, sita en la calle Bilbao número 2.
El mismo día 10 en El Liberal encontramos la siguiente reseña del acto a celebrar:
El sitio en que se celebra el homenaje es el Hotel Majestic, el actual Hotel Colón, uno de los grandes establecimientos hoteleros de la Sevilla del momento.
La crónica de El Liberal del día siguiente nos informa sobre los detalles del evento: «Anoche, a las diez, según estaba anunciado, tuvo lugar en la terraza del Hotel Majestic, artísticamente exornada con flores naturales y farolillos a la veneciana, el banquete con que la Directiva del Betis Balompié obsequiaba a sus jugadores por la brillante campaña llevada a cabo durante la temporada última, que culminó con la obtención del título de campeón de la División de Honor de la Liga.
A pesar del carácter íntimo que la Directiva pretendió dar al acto, fueron numerosos los béticos que se adhirieron al mismo, sin que por ello perdiese el tono de sencillez, cordialidad y simpatía que caracterizó al agasajo.
En la mesa principal, en la que figuraba la Copa de la Liga, ocuparon asientos el presidente del Betis, don Antonio Moreno Sevillano, el alcalde, don Isacio Contreras, el capitán del equipo, Unamuno, el secretario del club, don Carlos Fernández de Pando, presidente de la Tertulia Bética, señor Bohórquez, los entrenadores de los equipos profesional y amateur, señores O´Connell y Aranda, otros directivos y la totalidad de los jugadores, incluso Lecue y Areso.
A los postres ofreció el agasajo de despedida el presidente del club, don Antonio Moreno Sevillano, diciendo que la Directiva bética no podía consentir que se marchasen los jugadores, unos definitivamente y otros por corta vacación, sin recibir el parabién de la afición bética por el éxito alcanzado.
Afirmó que, a pesar del carácter íntimo del acto, no debía dejar de dedicar unas palabras a los jugadores y entrenador de gratitud, en nombre de toda la Directiva y de toda la afición sevillana, a cuyo cariño se han hecho acreedores.
Se refirió al calificativo de vasco-andaluz que, con cierto retintín, ha venido aplicándose al equipo del Betis, para declarar que el Betis se siente orgulloso de la colaboración de los entusiastas elementos vascos que, por el solo hecho de defender los colores de un club sevillano, si no influyese la consideración de ser en Sevilla en donde se han formado y se han hecho jugadores, son tan sevillanos futbolísticamente como los demás compañeros.
A los jugadores que se marchan definitivamente, les pide que no se olviden que siempre tuvo para con ellos un comportamiento correcto y caballeroso, y a los demás que continúen laborando por los triunfos del club.
Por último brindó por la prosperidad de los muchachos béticos.
El alcalde, don Isacio Contreras, se levantó para hablar, diciendo que, como bético, entendía que no era hora de hablar, sino de pensar en emprender nuevas rutas de triunfos.
Se refirió al atractivo de la reunión por la sinceridad que predominaba en ella y por su carácter íntimo, para afirmar que, si es bético, se debe a ser el club el prototipo de los equipos modestos y sencillos, en el cual, jugadores, directivos y aficionados lo dan todo por la causa del deporte y del club.
Dedicó un saludo a los que, por circunstancias lógicas de la vida, abandonan el club, pidiéndoles que cuando jueguen frente a su ya antiguo equipo tengan para el mismo un recuerdo de gratitud y emoción. A los que se marchan para descansar, les rogó que cuando vuelvan continúen luchando con el entusiasmo que hasta aquí, para conseguir el trofeo de Liga en propiedad.
Brindó por los jugadores y terminó con un viva el Betis contestado unánimamente.
Adolfo, como capitán interino del equipo que ha sido en los últimos partidos, dio las gracias con sencillas y emocionadas frases, en nombre de todos los jugadores, por el homenaje de despedida que se les tributaba.
Don Diego López, en nombre de los antiguos aficionados béticos, recordó los tiempos heroicos del club y las vicisitudes por que se atravesó desde su fundación, felicitándose del lugar preeminente alcanzado en los últimos tiempos, y haciendo votos por que la serie de sus resonantes triunfos no se vea interrumpida.
Por último habló el secretario del club, don Carlos Fernández de Pando. Comenzó diciendo que el Betis Balompié representa un caso de interés en el fútbol nacional, y que a pesar de no ser antigua su pertenencia al club, conoce lo que el Betis representa y las dificultades que ha tenido que vencer para alcanzar el puesto primerísimo que hoy ocupa.
Afirmó que los diferentes elementos béticos, diseminados, apenas representan fuerza alguna, mientras que con todos esos elementos unidos puede formarse un organismo de gran potencia, puesto al servicio de un ideal y una ilusión común.
Pide, pues, la unión de todos esos elementos, béticos antiguos y modernos, jugadores y directivos, para que el Betis pueda continuar siendo uno de los mejores clubs de España y Europa.
Dedicó un elogio al entrenador O´Connell, del que dice que es el mejor que hay hoy en España, como lo demuestra el hecho de que haya sido captado por uno de los «históricos» españoles que más saben de fútbol para preparar a su equipo. Le deseó los mayores triunfos e incluso que cuando el Betis se enfrente con su nuevo equipo, triunfen los béticos, porque ello demostrará que sus enseñanzas han sido fructíferas y duraderas.
A los jugadores que se marchan del Club les deseó éxitos sin límites, pidiéndoles que se acuerden del Betis, en el que se formaron, y el cual se ha atribuido a su vez el éxito de que sea entre sus jugadores entre los que busquen refuerzos los mejores clubs de España.
Dedicó un sentido recuerdo al malogrado Sánchez Mejías y al primer presidente de la Tertulia Bética, don Gerardo Pedrós, recientemente fallecido.
Por último, propugnó nuevamente la unión de todos los elementos béticos para mantener al Club en la brillante posición conquistada.
Todos los oradores fueron aplaudidísimos al final de sus respectivos discursos, y el simpático acto terminó en medio de la mayor confraternidad y entusiasmo».
En la imagen que encabeza esta información podemos ver a los asistentes al acto posando en la terraza del Hotel Majestic con el trofeo de campeón de Liga. En al fila superior y con traje blanco podemos identificar a Manuel Simó y junto a él Manuel Ruiz Rodríguez, quien presidiría el club entre 1952 y 1955. A la derecha dos jóvenes jugadores: José González Caballero y Pepe Valera, quien años después de su retirada dirigiría los escalafones inferiores, convirtiéndose en uno de los valores primordiales del club en su renacimiento en los años 50.
A la izquierda en la segunda fila un grupo de directivos entre los que reconocemos a Valentín Pérez, contador de la directiva del momento, y que sería presidente la temporada 1940-41. A continuación los jugadores Angel Martín «Saro» y Francisco Gómez y el entrenador Patrick O´Connell.
El alcalde Isacio Contreras, Victorio Unamuno y el presidente bético Antonio Moreno rodean la copa de campeón de Liga, el magnífico trofeo que se conserva hoy en día en el museo del Athletic Club.
A su izquierda se encuentra Diego López, uno de los fundadores del Sevilla Balompié. Junto a él el jugador Adolfo Martín, el secretario Carlos Fernández de Pando y Serafín Aedo.
Debajo de la Copa los jugadores José Suárez «Peral» y José Luis Espinosa, el antiguo directivo Gil Gómez Bajuelo, y los jugadores Pedro González «Timimi», Jesús Bernáldez y Adolfo Sancha «Adolfito». En primer término el utillero Felipe Palacios.