Beato Betis Balompié, de Antonio Hernández.

El artículo que hoy traemos a Manquepierda se publicó en Diario 16 Andalucía el 3 de septiembre de 1995, a cargo de Antonio Hernández.
Para entender el fondo del artículo nada mejor que poner el contexto futbolístico de esos días en la ciudad de Sevilla, donde el protagonismo estaba en la complicada situación institucional que tenía el Sevilla FC, tras el descenso de Segunda B a comienzos del mes de agosto, que se salvó mediante la alteración de las reglas establecidas y la ampliación de la Primera División a 22 equipos, una solución de compromiso que le salvó del descenso administrativo.
El terremoto que se produjo en el seno del club, con la dimisión del presidente Luis Cuervas y la venta de sus acciones a Francisco Escobar, de quien se sospechaba que era un tapado de Antena 3 Televisión, controlada por Antonio Asensio, alteró el accionariado de la entidad sevillista, además de darle a esta cadena mediática el control de los derechos televisivos, que era una de las grandes luchas de poder en el seno del fútbol de la época.
Antonio Hernández reclamaba en el artículo una acción más contundente y de denuncia a Ruiz de Lopera ante el control que la cadena televisiva podía tener sobre varios clubs, lo que estaba prohibido. Y se centraba en que la preocupación del Lopera del momento se quedaba en la vertiente religiosa, casi supersticiosa, con su la tradicional visita al Gran Poder a comienzos de temporada.
Como el ínclito Lopera le ha ofrecido el Betis al Señor del Gran Poder, el Sevilla, que no va a ser menos, ha sido ofrecido en sacrificio a Antena 3 Televisión. Los riesgos en el ofrecimiento de lo ajeno son diferentes, sin embargo; Lopera, ese vidente ignaro de capilla, ha expuesto su dinero; Cuervas, cuya inefable gestión en el Sevilla ha merecido el homenaje irónico popular de una peña bética con su nombre, se lo ha llevado calentito a su país de nenucos y peponas, de donde lo sacó.
Lopera se ha hecho, por consiguiente, acreedor a la palma del martirio gozoso, pero me temo que nada más, porque el Gran Poder, con razonable astucia, no va a querer mojarse con las aguas del Betis. Dicho con todo respeto: en el supuesto de que sea verdolaga, no va a proclamarlo de ninguna forma—vía milagrosa incluida—mientras que Antena 3 Televisión va a sacar tajada para los sevillistas de siempre y para los que, a través de su accionariado de las ondas, ahora se invistan de palanganas, sobre todo.
Para los primeros en cuanto que van a ver un mejor equipo. Y para los segundos porque, según el anuncio efectuado por el tal Escobar de hacer lo mismo con otros clubs de Primera, así podrán influir y barrer con ventaja para casa en la venta de los derechos televisivos del fútbol.
El Mallorca ya está en la olla, puede caer el Valencia y, con respecto al Atlético de Madrid, todo es posible, menos que su presidente llegue a leer un libro.
Eso, aparte de llevarse muy bien con los propios intereses, ¿no es nepotismo balompédico? ¿No se imaginan ustedes en un final de Liga a un Valencia o a un Mallorca echándole un cable a un Sevilla necesitado de puntos?
Y, mientras tanto, Lopera, el indulgente, en vez de denunciarlo, en el guindo de la superstición. Quiere ir al cielo a base de llevar a sus jugadores a la iglesia. Y en vez de elevar al club hasta lo más alto, pero de la tabla clasificatoria, da la impresión de querer tenerlo siempre de rodillas.
A merced otra vez del Sevilla, ahora Antena 3 de Fútbol, si insiste en darle a Dios lo que en materia arbitral es de ese César revisable llamado Ley del Deporte.