Campeonato de Andalucía 1928. La celebración bética (I)
El 29 de Enero de 1928 el Betis consigue hacerse por primera vez con el Campeonato de Andalucía después de bastantes intentos. Lo hace mediante un partido de desempate que se disputa en el Stadium de Córdoba y en el que se impone al Sevilla FC por 3 a 1.
A través de dos relatos periodísticos vamos a ver cómo se siguió el encuentro en la ciudad de Sevilla y la celebración con que la afición bética festejó el triunfo.
En el de hoy nos vamos a centrar en lo que publica el diario onubense La Provincia el 30 de Enero de 1928. Por él sabemos que en la Agrupación de Periodistas Sevillanos se instaló una línea directa telefónica mediante la que se iban recibiendo las noticias del encuentro. Se colocó una pizarra del diario La Unión en uno de los balcones del edificio para informar al numeroso público allí agrupado y que seguía con expectación la marcha del encuentro.
Se nos relata después la manifestación que se organiza por la ciudad y el recibimiento que en la estación de Córdoba se da a la expedición bética al llegar. El Bar Jerezano es el centro de reunión de la afición bética en esos años. De hecho en el anuncio periodístico del partido que ilustra este artículo es uno de los sitios en los que se venden entradas para la final en Córdoba. El otro es el Bar Oriental, sito en la calle Sagasta, y en la que se reune la afición sevillista.
LOS BALOMPEDISTAS SE ENTUSIASMAN. MANIFESTACIÓN E INCIDENTES
Las noticias del partido se fueron conociendo en Sevilla a medida que iban acaeciendo, por haber colocado el diario “La Unión” en el local de la Agrupación de Periodistas una pizarra, en la cual se iban escribiendo las noticias que se recibían por hilo directo. Así fue como se supieron enseguida los tantos hechos por el Real Betis, que produjeron el natural alborozo en el Bar Jerezano, donde suelen reunirse los partidarios del mencionado Club.
Al saberse la victoria definitiva, hubo grandes aplausos y vivas al nuevo campeón de Andalucía, entre los aficionados que en apretada masa había al pié de la pizarra, invadiendo las calles de Albareda, General Polavieja y adyacentes.
En el Bar Jerezano fue tan enorme la aglomeración del público, que los dueños de la casa echaron los cierres metálicos, temiendo que los que se hallaban fuera queriendo entrar, rompiesen las lunas o causaran destrozos en el mobiliario involuntariamente.
En el rápido de Madrid llegaron muchos partidarios del Betis, que se quedaron en el andén esperando la llegada del “carreta”, en el que venían los jugadores; pero malogró su intento la Compañía, la cual ayudada por los guardias de Seguridad, exigió rigurosamente el billete de andén para permitir la estancia en la estación.
A pesar de ello, el andén no tardó en llenarse de nuevo, y la llegada de los jugadores produjo un desbordamiento de entusiasmo entre sus partidarios.
Ente vivas, coplas cantadas a coro, vítores y hurras, los jugadores fueron escoltados triunfalmente, y algunos, como Jesús y Carrasco, sacados en hombros.
La policía mandó plegar la bandera del Betis y recogió un cartelón de la Agrupación Deportiva del Museo, impidiendo que la espontánea manifestación fuera más allá de lo permitido.
Y rodeados por una gran masa de público que los aclamaba, llegaron los equipiers del Balompié al Bar Jerezano.
Como siempre sucede en estos casos, hubo la nota pintoresca a cargo de algunos curdas y de otros entusiastas “enragés” de uno y otro bando que motivaron algún que otro “casillazo”.
También hubo una nota sangrienta, debida a que en la calle Rivero, cuando se hallaban tomando unas copas dos obreros tipógrafos, en unión de un tal Francisco Bernabad, éste sacó de repente una navaja y acometió a uno de sus indefensos contertulios, que se había permitido opinar de fútbol de distinto modo que él.
Resultó el agredido con una extensa herida en el cuello, superficial por fortuna, y otra inciso punzante en la espalda, muy penetrante al parecer.
El compañero del herido, viendo sangrar a éste, dio un empujón al agresor, quien al caer se produjo una herida de pronóstico reservado en la región superciliar izquierda.
Este ha sido el único incidente realmente lamentable.
La victoria del Betis, después de tantos años de infructuosa lucha por obtener el campeonato regional, ha despertado grandes comentarios entre la afición y constituye la comidilla del día.